28 de septiembre de 2006

SOBRE APARICIONES Y DESAPARICIONES (UNA ATENTA INVITACIÓN A SENTIR AMOR)

Hoy sufrimos, y sentimos envidia por los seres que allá, fuera de la ventana, son más felices que nosotros, ellos morirán también mañana, es nuestro consuelo final, pues todas las cosas deben pasar. Es una ondulación que no durará para siempre.

Aún con todo, es mucho egoísmo no querer morir, pues si los demás lo hacen ¿porqué uno no? Morir no es liberación, es parte de la vida misma, es una de las reglas que Dios inventó, a lo mejor lo hizo para maravillarnos todavía más. Él nos ha dado el peso que podemos cargar, no más, no menos y no podemos juzgar sus designios.

Sin embargo, aún con todas las advertencias dadas, no termino por entender a la vanidad humana. Creo que se debería tener un poco de respeto a esa regla final y rechazar de plano, toda la vida artificial y material que representa el poseer. Ese extraño impulso psicológico que nos empuja a ser dueños de cosas y a pretender ser más que los otros.
¡Que ridícula e ilusoria estabilidad nos dan los títulos, los bienes físicos, el dinero, el poder, el apego a la vida y juventud, el conocimiento y la conquista de corazones femeninos! Todo es una falsa óptica y el camino más engañoso a seguir.

Lo único trascendente y verdadero es el amor, éste no muere, no se compra, no se vende, no da prestigio, no engaña, no envicia, no se cuelga ostentosamente en la pared, no se publica, no se guarda en el bolsillo, en la cartera o en el banco. No es como el sexo que da muchísimo placer, pero que tarde o temprano se acaba. No envejece con la edad, no se maneja ni se construye con una fachada hermosísima con materiales exquisitos y muy caros. El amor no se puede presumir pues ni siquiera le gusta entrar a lugares finos o elegantes, no se le rinden homenajes, no le gusta la fama. El amor sólo puede ser sentido y vivido. No más.

No provoca frustración ni angustia al tratar de entenderlo o por desear conocerlo, no da celos, no causa burlas ni guerras.

El amor no es bello ni feo, sólo es amor, es una intención humanitaria mucho más que una idea o sentimiento, es el motivo de la creación, es el autobús que nos lleva por esta vida, llena de baches y paisajes maravillosos. Sorpresas, amigos y juegos.
Es un espíritu salvaje que corre libre por el bosque.

El amor no es tristeza, ni nostalgia, es un ángel que anuncia un nuevo día, un despertar lleno de júbilo.
El amor sólo puede espiarse en el brillo de una lágrima, y en el sonido de una sonrisa. Casi no pude vérsele, pues le gusta disfrazarse, si bien está en todos lados, menos escondido detrás de la luna.

Y yo dije: “Perdóname y gracias por permitirme decirte ´gracias´ te amo”.

Así que dejemos un momento el arado, perdonémonos otra vez, démonos otra oportunidad y sintamos amor, hoy se puede.
Foto: El Jarillal, Epazoyucan, Hidalgo, durante una comida del INAH.

18 de septiembre de 2006

EL SABOR DE LA UVA DORMIDA

Buscando en todo y en todos, incluso en el sabor de la uva dormida, aquella que es dulce pero distante, encontré unos labios cerrados; eran de la diosa de la temporalidad. ¡Oh que joven es ella! tiene mucho amor, belleza y pocos años, y yo, sólo tengo necesidad de amor, un poco de dinero y mucha edad.
Fue por eso que tuve que robar ideas del otro grupo, pues de las chicas de mi clan y las de mi soledad, nadie me apoyó, las chicas de mi tribu no me quisieron, tuve que reunir dinero y comprar algo de risas forzadas en la otra parte de la ciudad, ellas son alegría sintética pero son verdaderamente muy lindas, ¡oh sí!. Que hermoso es pagar por una sonrisa tan seductora y retribuir por un beso que yo creí y sentí como amor, no duele el codo para tener esa increíble felicidad efímera. No.
Yo, ni antes ni ahora, he sido amado en realidad, siempre he luchado contra el desamor y contra el descontento impuesto, siempre me he resistido, pero Dios, para equilibrar el mundo, nos dio a los solitarios algo de dinero para que pudiésemos comprar una sonrisa femenina, (a lo mejor está mal empleado el término comprar, a lo mejor es ganar); pero a mi sólo me alcanzó para pagar una sóla sonrisa, pero que bellísima fue; hay quien tiene para comprar dos o más, aún con todo, la sonrisa que yo pude pagar, me enamoró mucho, y sólo lamenté no tener más dinero para pedirle a la dueña y creadora de ella con mucho cariño, lleno de embeleso y devoción: “Oh linda, sonríe de nuevo por favor, baby”.

La mujer es bella por requisito, es una idea de Dios, ella es grande, fuerte, una admiración extrema, (me hace comprobar que no soy nada a su lado), todo fue planeado para que los hijos que tenga el invento femenino de Dios, no mueran facilmente, es una idea perfecta, inmejorable.

Pero yo, después de la sonrisa pagada y de la reflexión, y ya sin dinero y triste, volteé a mi alrededor, había otros hombres que al igual que mi corazón alborotado, hubiesen querido tener dinero, convicción, algo sólido o muchísimo amor para retener en sus brazos para siempre, a una de esas chicas bien lindas que se ven enfrente con esplendorosa sonrisa; oh, quien tuviera algo de suerte para conseguir esas sorpresas llamadas niñas o mujeres, creo que eso es trampa de Dios.
¡Oh de verdad no importa, -pensé-, que ella no sea de mi clan! la mujer es mujer, aunque no sepa nada o no le gusten Los Beatles. Vale más que eso y tiene cosas mucho más importantes, que dar, mucho más que tener que darle por su lado a un necio tan creído.
...Ya más tarde, viendo triste el espejo del salón, aquél que nos despide de la fiesta al final, o de la vida misma, dije con una convicción que presumo nadie tiene: “Mujer, eres lo máximo, yo te amo con este corazón aborrecido e ignorado”.

Al salir del local de luces y ruido, y ya sin dinero en mis bolsillos, durante la noche fría en la cual tuve que caminar, susurré contrariado: “Adiós admirador de Los Beatles, "Hay cosas más importantes que tú no tienes, como el amor", “Ve a oír tu música y no molestes a los demás, tienes música no dinero: adiós pobretón, nos vemos manaña en tu cruda. Espero.
Lo cierto es que aún tengo el sabor de la uva dormida en los labios.

14 de septiembre de 2006

EL BOTÓN FALTANTE DE UNA CAMISA BONITA

Yo soy igual, -o a lo mejor menos-, que el más insignificante botón de una camisa encantadora.
Sin embargo, ese presuntuoso botón que alguna vez observé, apropié, le di importancia en mis dedos, creí y sentí como si fuera yo mismo, (identificado con los inadvertidos), se cayó un ineludible día de la agraciada prenda de vestir.
Antes de ello, la camisa lucía bien; es más nadie, se acordó o pudo pensar siquiera, que un simple botón pudiese afectar la singularidad estética de una camisa presentable y bella; y todavía peor, ni siquiera nadie supo o imaginó jamás que había un botón, que pudiese menoscabar a la buena camisa -o quizá también a alguna parte de la vida misma-. Nadie se enteró que existía el botón, que es verdad, había estado ahí siempre, aunque no lo pareciese. No es que el botón expatriado (cuyos evidentes signos de locura eran más que provocadores), haga ahora mucha falta, pero no niego que extrañamos de alguna forma, su tonto servicio. Ahora la camisa no puede lucir como siempre fue: bella, todo porque al maldito botón, se le ocurrió caerse precisamente ahora. El botón nunca hubiera sido notado, ni extrañado ni tan sólo por unos segundos, si es que no se cae y con su absurda ausencia, estropea para siempre, la armonía perfecta de las cosas lindas e importantes.
Aclaro que yo sí vi al botón antes de su desaparición física y eterna, lo observé con cuidado, -confieso que yo entonces tenía algo de tiempo, un gran aburrimiento y un poco de curiosidad para hacer eso-, lo vi, toqué y hasta juguetee con esa pequeña cosa de cuatro agujeritos y llena de hilo de colores. Y a pesar de su pequeñez, vi sus ganas de vivir, de servir y de formar parte de este mundo y hasta de lucir (a pesar de su tamaño), en la elegante camisa coqueta, que por demás, sólo usaba al botón, como a otros elementos, sólo para sobresalir.
Pero el broche se cayó un día -o tuvo que caerse- y se extravió para siempre, a lo mejor no estaba bien cosido. Ahora habrá que buscar otro botón similar para sustituir al fugitivo, lo importante es que la camisa luzca igual de hermosa. Pero, un botón como el perdido…. ¡Bah! existen muchísimos en el mundo, y hasta de mejor calidad. Que mas da uno que otro, lo verdaderamente importante es que la camisa siga luciendo su belleza, ésta no se va a perder por un botón creído, desconsiderado, el que por viejo tuvo que irse, fue un impertinente (tal vez por la edad), un desconectado del sistema y de la sociedad, ¡por supuesto que no!

3 de septiembre de 2006

SE VUELVE DIFÍCIL ENCONTRAR UNA SONRISA


Hoy escapé a la Isla del Ensueño porqué tenía ganas de volver a ser felíz, y lo soy, porque burlando a mis carceleros de la edad, pude fugarme hacia mis locos días jóvenes, hoy, este día, es la década de 1970, y sólo soy un ilusionado beisbolista, oyendo Radio 590, La Pantera, ¡oh que canciones tan bellas pasan en la radio!
Y hoy, abriendo los ojos, vi que en el presente, hay otro momento que igualmente amo, es una visita al circo que hicimos el 2 de septiembre de 2006, cumpleaños número 22 de Fernando, aquel chavo del poema del libro nunca leído.
Y yo, sigo con esas mañanas de terciopelo, cobijando mi edad en la guerra de las galaxias. Para no verme tan mal dije: "Deveras amo el beisbol tanto como el ajedrez, a lo mejor menos que a la mujer y que a la música, pero los amo", y la lectura es otra de mis pasiones; no se encelen paisajes y momentos de verdadera reflexión, en mi deforme corazón, caben comodamente todos ustedes. Feliz viaje. Ustedes y yo vamos hacia el futuro.
Hey! Aguas mis dos únicas lectoras, porque amenazo muy pronto con poner fotos de mi infancia, se valen mentadas.
Foto: Pablo, Kiki Dee y Álvaro.