19 de febrero de 2011

ÉL ES, UN AUTENTICO HOMBRE DE NINGUNA PARTE


Ayer me habló mi hermana para decirme que me iba a hacer una comida de cumpleaños. Preguntó que, como qué me gustaría comer. Que gusto que la Blanquita tenga ese generoso corazón, es una gran mujer.
Diez minutos después , me habló mi mamá para decirme que un día como hoy (ayer), de hace muchos años, todavía estaba yo con ella, es decir, que todavía no nacía.
Me conmovieron esas palabras hasta lo indecible. Nunca me había dicho nada tan bonito.
¿Puedo tener un regalo mejor? No lo creo. Todo eso me hace dudar de que Dios sea perfecto, no lo es, porque olvida muy fácilmente lo errores que los humanos cometemos, y lejos de castigarme por todas mis equivocaciones, me premia con esa frase tan bonita que me dijo mi mamá, señora, que hay que decirlo, somos incompatibles: ella y yo, siempre hemos estado alejados por nuestras diferencias de caracteres. A lo mejor no es que Dios olvide, a lo mejor, todo forma parte de su plan divino. ¿Cómo saberlo?
Pues en su perfección nos perdona de una manera tan sublime y nos da tantas cosas que necios no queremos ver lo que realmente son: regalos tan benditos. No podemos juzgar sus obras, pues Él solamente sabe por qué las hace.
Y yo como un perro al que le dan de comer, sólo agradece, y agradece mucho.
Gracias mamá por esa frase tan bonita que me dijiste por teléfono, además tu voz se oía dulce, como cuando estaba yo en formación en ti. De verdad, GRACIAS.
Pero especialmente, gracias a ti Señor por dejarme vivir hasta hoy, y de la forma más deliciosa que puede haber. De verdad, GRACIAS. Te amo.