22 de diciembre de 2013

LA RADIO MEXICANA EN MI VIDA


Intercambiando ideas con mi amigo Carlos Torres, quien es un melómano como yo, o probablemente más que yo, o mejor dicho, ¿quién soy yo para saber eso?, me comentó algunas anécdotas de sus principios, para conseguir música,  pues Carlos de adolecente vivía en un hermoso poblado de la sierra hidalguense llamado Otongo, el lugar está habitado porque es rico en yacimientos y una empresa minera se estableció ahí para su explotación, naturalmente se abrió una escuela para los hijos de los empleados. Pero no había nada más. Carlos captaba estaciones de radio, que era su manía favorita, -a veces de la forma más extraña-, seguido iba con otro amigo a un cementerio que estaba en lo alto de una loma de otra comunidad para lograr sintonizar estaciones de radio con una grabadora portátil, y con ello poder grabar algunos casetes de música. Ese lugar era elegido a propósito, pues como estaba despoblado, y en lo más alto, -y sobre todo en las noches cuando el tráfico de ondas hertzianas disminuye-, pues era  más probable conseguir música rara. Así comenzó él con su estudio por las canciones no cantadas en español y ahora es un sobresaliente catedrático universitario de inglés. Lo cierto es que Carlos es una enciclopedia viviente y a él le debo mucho de material Beatle que tengo.

La radio tiene una importancia infinita y desde luego que es un medio que no adormece la inteligencia humana como la televisión.

Así, por este medio electrónico, conocí a Lorena a principios de los años 90, ella, para escuchar mi programa de radio Concierto Beatle, que en ese tiempo se transmitía los sábados en la tarde, se subía a su azotea con su radio portátil, para dirigir su antena a Pachuca, ella vivía en Actopan, y después de eso, nos conocimos.

Ellos, como muchos otros, hemos hecho cosas inverosímiles, para conocer más allá de nuestras fronteras naturales. La música es el mejor vehículo para atrapar otras perspectivas. Desde luego que ahora con el internet, todo eso ya quedó en el pasado.

Yo, como casi cualquier melómano de mi época, conocí mucha música de distintas fuentes: el cine, los pocos discos que tenía mi familia, las canciones que cantaban los abuelos o los amigos, pero sobre todo, la conocí a través de la radio. Yo sin radio no podía vivir y lo escuchaba a todas horas. Verdaderamente he escuchado infinidad de canciones y melodías.

Recuerdo que en mis años de primaria a la hora del recreo, nuestro director nos ponía como música de ambiente, muchas piezas tradicionales que escuchábamos mientras jugábamos. La que más se me quedo y hasta la fecha la sigo considerando una obra de arte, es la “Marcha de Zacatecas”.

En la vecindad donde vivíamos allá en Toluca, había un señor fascinado por la buena música, era de los vecinos con más dinero, pues tenía una tlapalería, su esposa tenía todo su corredor lleno de macetas con hermosas flores y él tenía colocadas en lo alto, unas bocinas que daban al patio central intencionalmente, así que todos oíamos sus preferencias musicales. De ahí aprendí a valorar algo de música clásica, zarzuela y otros géneros, creo que sus artistas favoritos eran Los Churumbeles de España, todavía me sé la letra de varias de sus canciones.

Mi primer año de primaria, -antes de que me llevaran a Toluca-, lo cursé en la escuela Bartolomé de Medina, de Pachuca, justo en el Barrio donde nací; Cubitos. En ese entonces mi abuelita, -mientras nos vestía y nos daba de desayunar, a mi hermana y a mí-, ponía una estación (creo que era la XEW), donde pasaban canciones infantiles de las cuales no les encontraba mucho sentido entonces, pero ahora al redescubrir la letra, me parece que tenemos a un autor de la altura de los más grandes compositores de todos los tiempos: Gabilondo Soler, Cri Cri.

Ya más grande, mi hermana que era una apasionada de la música juvenil, escuchaba todas las estaciones de moda, especialmente Radio Mil, en donde conocí un sinfín de canciones de moda y otras más “viejitas”, en el programa “Las inmortales”. De ahí me enamoré de Camilo Sesto, Roberto Carlos y muchísimos artistas más. Tengo una colección muy considerable y completísima de la revista Notitas Musicales. Mi mamá en contraste, prefería la siguiente estación del cuadrante que era Radio Centro, la cual pasaba algunos éxitos, pero su fuerte era la balada romántica. Ahí conocí un ejército de canciones, particularmente de tríos que hasta la fecha me gustan mucho. Desde ahí empecé a perfilar y sobre todo a afinar mi gusto y pasión por la buena música. Más adelante, el esposo de mi abuelita Lola, quien era un fan de las polkas, el mariachi, las norteñas y en general de la música mexicana, tenía muchos discos que ponía a todas horas. Fue cuando consolidé mi gusto por el danzón y por el mariachi. Ya el danzón, al que tanto amo, lo descubrí en las películas mexicanas del siglo de oro, (que es mi otro fuerte).  Todavía vibro cuando escucho un buen danzón.

Ya por mi cuenta y sin influencias de segundas o terceras personas, comencé a escuchar Radio Éxitos, ahí conocí todo sobre Los Beatles de los que me volví el coleccionista, estudioso y seguidor número uno. Pero también conocí y disfruté mucha música de mis tiempos que fueron los años setenta y algo de los años ochenta. Al  mismo tiempo me volví un gran bailarín de música disco. Yo inventé muchos pasos. Pero paralelamente, o desde un poco antes, cultivé el baile de la llamada entonces música tropical: cumbia, mambo, chá chá chá y la famosa “charanga pesada”, (así le decía yo, en alusión al rock pesado). Como ya dije en otro ensayo, iba yo cada sábado a buscar bailes en los diferentes salones de mi ciudad y a veces en otras. En definitiva la música de mi época, fue la disco, sobre todo en la prepa, la música ochentera como tal, nunca me llegó a gustar del todo. Radio éxitos se convirtió en otra bellísima estación de música esencialmente de boleros y que programa a mi admiradísima Sonora Matancera y sus cantantes: El Fonógrafo, música ligada a su recuerdo, entre muchos otros claro.

Regresando a la banda de Amplitud Modulada, cuando yo de niño trabajaba en una fábrica de dulces en Toluca, mi patrón ponía Radio Mundo, la cual también me encantaba. De hecho, me gustaba sintonizar el radio por las noches porque agarraba estaciones bien raras, algunas hasta en inglés. Esto cuando la estación local de radio de Toluca terminaba sus transmisiones a las siete de la noche con el famoso tema de “El día que llegaron las lluvias” lo cual era harto triste y me daba mucha nostalgia. Esa estación era el equivalente a la XEPK de Pachuca, la cual comenzó a transmitir en el Edifico Reforma que estaba a un lado del Reloj Monumental, aunque a mí me gustaba mucho más su hermana: XERD Radio Pachuca, transmitía boleros deliciosos y ahí también conocí bastantes canciones bonitas, como las de Xavier Passos o La Luz Roja de San Marcos, entre otras muchas otras. Todas las estaciones tienen una identificación oficial que a veces la visten con un jingle para hacerla más pegajosa. Creo que el de Radio Pachuca es el que más me ha gustado de todos, ya es decir, porque el de Radio Mundo, por ejemplo, ¡era hipnótico!

En AM, existía la hora de los Creadence Clearwater en Radio Capital, o su famoso programa llamado “Cara a cara”, que eran concursos donde se enfrentaban dos canciones o a veces tres, la gente votaba con llamadas y la canción que más votos obtenía, era la que se ponía al aire. ¡Era emocionante! Casi siempre ganaban Los Beatles. La competidora de las anteriores era Radio 590 La Pantera, yo la escuchaba a todas horas y me encantaban sus locutores. Recuerdo que una vez hicieron un maratón de Los Beatles. Todas las rolas, sin excepción me estremecían: “Me haces sentir con ganas de bailar”, “Si señor puedo bailar”, y cinco mil canciones más de todos los artistas de la época. Un tiempo le cambiaron el concepto a la estación, pasaban música retro y se llamaba Radio Alicia. Por ese tiempo también escuchaba todas las noches los partidos de béisbol, mi deporte favorito, algunos eran narrados por el “Rápido Esquivel, entre otros”.

Yo me sabía la ubicación de todas las estaciones en la banda, desde Radio Chapultepec, (su eslogan era: La primera del cuadrante), hasta Radio Universal, (su eslogan era: En la parte más alta de tu FM).

En FM, existían Radio Hits, y Estéreo Joya (la ponía mi mamá, pero a mí me gustaban algunas canciones), luego Sono Mil 101 más tarde Rock 101. Aprendí enormemente de Radio Universal.

Pero definitivamente, la estación que más me ha enloquecido y que ahora, al escuchar estos fragmentos de radio, simplemente se me erizó la piel y se estrujó mi corazón de radíofilo a todo lo que da. Se trata de Radio 6 20, La música que llegó para quedarse. Para mí la mejor estación que ha tenido nuestro país, o que tuvo, porque ahora ya no es lo mismo. Yo la escuchaba a todas horas y su inmensa e infinita discoteca enriqueció completamente mi cultura musical. Conocí y admiré canciones en varios idiomas, particularmente en italiano, que ha aportado al mundo musical, verdaderas joyas insuperables.

Recuerdo todos sus programas, claro que el que más me gustaba era “El Directorio”, pero también “Las que llegaron al Hit Parade”, “Las grandes bandas”, Gracias por los recuerdos”,  y tantos y tantos otros.

Y sin duda, mi locutor favorito era (y sigue siendo), don Armando Rascón Salmón (“Cabecita de algodón”, como el mismo se decía. (QEPD). Su voz además de hermosa, era institucional, emotiva y, simplemente, formó parte de alguna etapa importante y prolongada de mi vida.

6 20 es la estación pionera en cuanto a música moderna o juvenil de su momento. Ha tenido grandes exclusivas y casi todo lo que yo soy en el sentido musical, se lo debo a esa querida estación, por ejemplo ahí conocí la canción de Nana Mouskouri: “A mitad de mi historia”, que es una belleza plena y poco comercial.

Encontré estos segmentos en YouTube, lo cual me hizo recordar todo lo que dije. Grandes momentos sin duda, en muchos años de mi vida.

Toda evoluciona y para mí es muy difícil encontrar ahora, alguna estación que me subyugue como antes. Prefiero mis discos.
 
 

20 de noviembre de 2013

RINGO STARR, MÉXICO 2013


 
Ahora que Ringo Starr estuvo en México, amerita que presente un artículo incluido en mi libro “Héroe de la Clase Trabajadora” dedicado a Ringo Starr. Al final, comentarios.
 
¡SEÑORAS Y SEÑORES, CON USTEDES:LA PLASTIC TRAVELLING WINGS STAR BAND¡ (O, LOS CUATES DE MIS CUATES SON MIS CUATES)
Después de que la célebre agrupación inglesa de los Beatles se desbandó, allá por los idus de abril de 1970, cada uno de los desempleados músicos se ocupó a sí mismo en diversos terrenos artísticos, sin olvidar nunca lo primero que les dio de comer: La música.
 
De tal suerte que John Lennon se alió con la diminuta oriental Yoko Ono, (de lo bueno, poco), con quien formó la incierta y fraudulenta Plastic Ono Band. Banda musical que después se supo, era sólo un tocadiscos con acetatos (sic),  y que no obstante John y Yoko cobraban costosas entradas a los incautos que iban a “ver” al “grupo”, como “tocaba”
 
Si bien con el tiempo esta banda de plástico se humanizó en los zapatos de Eric Clapton (ex del grupo Cream, ex del grupo Blind Faith, y ex del grupo Ten Years After), Andy White (ex del grupo Yes), Klaus Voorman, (ex del grupo Manfred Mann); Yoko Ono (ex de nada), y John Lennon (ex de Beatles), resultando de todos estos “ex”, una banda musical de úsese y tírese, ex profeso para el festival de la resurrección del Rock and Roll y paz acontecido en Toronto en 1969.
 
 
Para 1972, John y Yoko consiguieron otras dos bandas por el precio de una, la llamada “Memoria de Elefante” y las “Madres de la Invención”, (liderada esta última por Frank Zappa). Ambos grupos fueron contratados para unas presentaciones en directo del jefe Lennon en el Jardín Cuadrado Madison de la Manzanota, mejor conocida como Nueva York. La relación de Lennon con las Madres, de la Invención concluyó cuando las madres se dieron en la ídem, en un accidente automovilístico.
 
Por su parte, el non plus ultra de Paul McCartney, armado de paciencia, bríos o necedad, conformó otro grupo al que llamó “Wings”. Con estas Alas, McCartney voló a alturas insospechadas, catapultado por excelente producción discográfica.
Aclaro que este grupo con nombre de restaurante, tuvo flujo continuo de integrantes, (entre ellos Denny Seiwell, Henry McCulloch, Jimmy McCulloch, no es pariente ni vecino del anterior-, Joe English, Steave Holly, o Laurence Juber). Sin embargo los Wings básicos fueron James Paul, su esposa Linda (que de esto tenía bien poco), y Denny Laine, virtuoso guitarrista fundador y cantante del paralelamente famoso grupo “The Moddy Blues”. Para las proambientalistas giras mundiales de Paul, bautizadas ecológicamente como “Reverdecer del mundo “ realizadas a principios de los 90´s, aquél se apoyó de prestigiosos músicos como Cris Whitten, Robbie Mc Intosch, (ex  elemento del grupo inglés “The Pretenders”), también del güerito oxigenado llamado Hamish Stewart, y de Paul Wilkens, (músico recuperado de obscuras bandas como “The Young Ones”).
 
Fuera de cuadro merecen mencionarse a algunos artistas huésped de Paul que han logrados que su nombre aparezca en los créditos de los discos del zurdo bajista. Ejemplos: la inaudita Rockestra dirigida por Paul, entre cuyos músicos estaban: John Bonham, John Paul Jones y Robert Plant, (los tres ex integrantes del legendario Led Zeppelin); Gary Brooker (ex de Procol Harum); y Pete Townshed (ex del grupo Who); además ha tenido otras colaboraciones de astros tales como Steavie Wonder, Michael Jackson, (¡ya qué!), Erick Stewart (ex del grupo 10CC), Elvis Costello, Stevie Miller (ex del grupo Steavie Miller Band, -¡se ve que sufrió mucho para encontrar un nombre a su grupo!). Y muchos otros músicos menores pero que también cobraron nómina en las oficinas de McCartney Productions Limited.
 
 
 
En tanto Ringo Starr el, aparentemente menos talentoso de los Beatles, no tuvo empacho en anunciar una gira, primero americana, y luego mundial rodeado de una rimbombante constelación de artistas algunas de un solo éxito y otras auténticas leyendas. Entre la Banda de Todos Estrellas, encontramos los siguientes: Jim Keltner (ex baterista de luminarias como Tom Petty, Leon Russell, George Harrison, y ex integrante del grupo Altitudes), Billy Preston, Joe Walsh y Timothy B. Schmit, (ambos ex componentes del grupo Eagles), Rick Danko (ex del grupo “The Band “ de Bruce Springsteen), Dr. John, Marc Farner (ex del grupo Grand Funk Railroad), Burton Cummings (ex del grupo ¿Adivina quien?, No, no es pregunta, así se llama: “The Guess Who”), Randy Bachman, (ex del trío conocido por los apellidos: Bachman, Turner and Overdrive), Félix Cavaliere (ex del grupo Rascals), ¿se acuerdan de Groovin´?, y  John Entwistle (ex del grupo “The Who”), Mark Riviera (ex integrante del grupo de Billy Joel), y Nils Lofgren (alguna vez apoyo del gran Neil Young); Tim Cappelo (quien alguna vez tocó con Eric Carmen, Peter Gabriel y Tina Turner). Entre otros recitales, también anduvo el genial Peter Frampton.
 
¡Nomááááás!, Como diría Clavillazo. A este champurrado le pusieron el nombre de “Ringo Starr y su All Star Band”.
Por cierto que en esta banda, Ringo también le dio chamba a su hijo Zac, no de carga equipo, sino de baterista.
Finalmente el Beatle místico sin tanto alarde, se unió a fines de los 80´s a un grupo experimental lleno de seudónimos al que llamaron los Travelling Wilburys, y que de tan sólo escuchar los nombres de sus integrantes se ponen los pelos de punta: Roy Orbison, Bob Dylan, Jeff Lynne (ex de la Orquesta Luz Eléctrica), Tom Petty (ex de los Heartbrakers), y por supuesto George Harrison (ex Beatles).
 
Desde luego obviamos, las múltiples presentaciones en vivo de los ex Beatles que por numerosas merecen otro artículo.
Sin duda, los más importantes artistas del pop, han pisado el mismo estrado donde se ha presentado alguno de los Cuatro Genios de Liverpool.
Estas han sido las colaboraciones de los ex Beatles en materia de neoagrupaciones o intento de ellas. Verdaderos soles o simples velitas de pastel, juzgo que a nadie de estos le cayó mal trabajar al lado de algún Beatle, no sólo para apreciar la magia de cerca, sino porque de otro modo no estuvieran de colados en estas líneas.
Ese fue mi artículo, Ahora escribo mi sentir en 2013:
La All Star Band es una súper exitosa agrupación que ha tocado en diversas partes del mundo y cuya característica es que la integran músicos muy virtuosos o que han tenido uno o más súper éxitos.
Se integró en 1989 y entre las grandes estrellas ya comentadas, también han participado luminarias como Joe Walsh, Bruce Springsteen, Burton Cummings, Felix Cavaliere, y Colin Hay, entre muchísimos otros.
 
La primera vez que vi a la All Star Band fue en los Ángeles en 1989, posteriormente en otras ciudades como San Diego y Chicago.
Es un gran concepto y todos son músicos súper profesionales, no se demerita a nadie.
En esta edición, me cautivó muchísimo Todd Rundgren, quien tiene una gran personalidad y una gran fuerza magnética, además de una gran potencia escénica. Amo sus canciones.
 
Las presentaciones en México de la All Sarr tuvieron matices. La peor fue la de Monterrey, fue horrible el sonido y súper sangrones los guardias de seguridad. En cambio la de Guadalajara fue estupenda, Obviamente que el Auditorio Nacional, no tiene paralelo. Los detalles de las máscaras y otras peculiaridades. ¡Ringo Starr es un Beatle!
 
Mi mente enamorada imagina un magno final feliz de la All Star Band, en donde estén Eric Carmen, Peter Frampton, Colin Hay y todos los importantes que han formado parte de esta mágica agrupación. Sólo faltaría Chabelo y Topo Gigio, ¡je!
  
Fotos de los cinco conciertos en México de la All Star Band.

3 de noviembre de 2013

CONCURSO DE ALTARES 2013


Tuve el gran privilegio de ser invitado por parte del Comité Administrativo del Centro Turístico de los Prismas Basálticos de Huasca, Hidalgo, -que preside el Profesor Santiago Moncayo Morales-, para fungir como jurado calificador en la quinta edición del concurso de Altares de Muertos que fueron montados por los diecinueve locatarios con los que cuenta el hermoso destino.
El lugar, como todos sabemos, es una verdadera maravilla de la naturaleza que ahora está acondicionado para disfrutar todavía más de ese lugar de ensueño.

Particularmente, yo como promotor cultural y rescatista de los valores patrimoniales y tradicionales del estado de Hidalgo, quedé fascinado por tan plausible trabajo: cada socio montó una ofrenda en cada uno de los locales  comerciales del complejo y me parece que es una de las mejores muestras que he visto, tanto por su calidad, variedad, creatividad y por lo bien documentados que están sus expositores. Por primera vez y en un solo lugar, los múltiples visitantes pudieron apreciar los diferentes elementos y formas que caracterizan a los altares en nuestra entidad. Todas las zonas geográficas de nuestro estado pasaron revista: El Valle del Mezquital, la Sierra de Pachuca, la Huasteca y la zona tepehua entre otras.
Fue una fiesta de colores, sonidos y sabores, un agasajo visual y auditivo. El resultado fue una demostración del derroche de talento y amor que tienen los hidalguenses por sus costumbres.
Lo que me sorprendió mucho fue la gran preparación de las personas que explicaron la parte compositiva del altar, su origen e incluso los motivos que movieron al montaje por parte de los expositores. Creo que todas fueron mujeres.

El altar del local uno, se inspiró en las ofrendas que se instalan en Metepec, con tres niveles y una espléndida explicación de Lucía Erika Mensias. El dos también tuvo los niveles del cielo, la tierra y el inframundo, el papel morado y el incienso. El local tres presentó un altar de la zona de Huasca con su camino de flores, la sal y el agua que simbolizan el bautismo. El cuarto también fue de la región de Real del Monte y Omitlán aromatizado con la flor de cempaxúchitl, el arco que representa la entrada al cielo y fue el primero que incluyó una fotografía de un difunto. El local cinco presentó un altar con sabor prehispánico. Herminia Moncayo dio la explicación del sexto y éste incluía una toallita y jabón, para que los niños difuntos que nos visitan, se laven las manos antes de comer. El séptimo estuvo personalizado a Leonardo Bazán con los alimentos y bebidas que tanto le gustaban. 

El octavo estuvo sorprendente, nos recibieron dos actores personificando a la catrina y quizá a su pareja; recitaron unas divertidas calaveras literarias y una perfecta explicación a cargo de dos señoritas que memorizaron su dialogo. En el piso había una fantástica composición hecha con aserrín pintado. Se dijo que el sahumerio es para limpiar el alma y la energía; el espejo volteado hacía la pared significa que el altar puede verse a sí mismo, esperando a los muertos. El noveno presentó piezas de pan de las cuales se dijo, el color rojo representa a la sangre. La décima estaba inspirada en Atlapexco y se dijo que era un ofrecimiento a la madre tierra. El número once tenía siete niveles en donde se colocan los diferentes objetos. El número doce tenía elementos propios del Mezquital como el xoconostle, morrales de ixtle, pulque, salsas, ayates y en el piso una gran estrella cuyos picos representaban a los cuatro puntos cardinales o las cuatro estaciones. También ofrendaba semillas como frijol y maíz.

El local trece, se basó en Huazalingo y tenía unas mascaras de madera que son elaboradas por los lugareños, que utilizan para el carnaval. Este altar fue el primero en ambientar la exposición con música. El número catorce se inspiró en Yahualica (Que significa Reina de las alturas), con sus siete niveles o pasos para llegar al cielo, el incienso era la guía olfativa para que los difuntos pudieran llegar a su ofrenda. Este fue el altar que ganó el primer lugar.  El número quince también era de la región de Atlapexco y tenía un jacal hecho con pencas de maguey y otras ramas de árbol. Tenía algunas vasijas de barro de las conocidas como chililico. En la explicación se dijo que la gente se disfraza para bailar. De hecho, la dueña bailó. El siguiente fue de Zacualtipan y ofrendó atole o chilaca. Hubo otro altar que ofrendó calabazas cultivadas en la propia casa. Creo que esta idea se apega mucho más a la tradición tan añeja.

Pero en esta materia, nada está dicho ya, pues la tradición es un ente vivo y se mueve, se transforma de acuerdo a realidades y entornos distintos. Y eso es precisamente, lo bello y mágico que encierra esa actividad costumbrista y milenaria. Cada pueblo la enriquece con aportaciones propias tratándole de dar una identidad propia y hacer suya, una tradición que en realidad nos pertenece a los pueblos mesoamericanos.
Sinceramente agradezco y felicito mucho a los organizadores y a los participantes porque me hicieron sentir muy orgulloso de ser hidalguense y mexicano.

Me parece que este concurso –ya instituido-, es un gran motivo adicional para asistir el próximo año a los famosos Prismas Basálticos. ¡Una experiencia Inolvidable!










14 de julio de 2013

LAS CARTAS DE JOHN LENNON


John Lennon fue músico, compositor, dibujante, escritor y cineasta entre otras actividades artísticas.
Conocí a Los Beatles algo tarde, me sedujeron más bien pronto, pero empecé a investigar sobre su vida y obra, de manera vertiginosa.

En 1979, cuando empecé con todo esto, no había tanta información disponible como ahora, así que lo que se encontrase de casualidad en puestos de revistas o libros usados, era ¡excelente! Sin embargo, yo tuve la fortuna de que mi primer libro que compré, nuevo e importado, fue The Beatles, (en español), de un tal Hunter Davis, lo compré porque era lo único disponible en mi mundo de entonces, fue en una feria del libro en la ciudad de México y sinceramente se me hizo muy caro, es verdad que el ejemplar tenía un grosor muy respetable, pero con toda honestidad, digo que me gustó muy poco, porque no tenía fotografías que para entonces era mi mayor atracción, pues pensaba formar, (como en efecto, años después lo hice), una gran colección de imágenes del Cuarteto de Liverpool. En cambio, tenía muchas letras. Al leerlo, me pasó algo muy similar a Homero Simpson, [Por cierto, John Lennon fue el único de Los Beatles que no prestó su voz para esa serie], cuando en un capítulo de su programa de televisión, quería informarse sobre la energía nuclear y tomó un libro para avanzados, al no entender nada, lo tiró a la basura y siguió con otro para intermedios, el cual corrió con la misma suerte, siguió con un libro para principiantes y al no comprender ni una palabra, recurrió al…¡diccionario! A mí me pasó casi lo mismo al leer la obra de Hunter Davis, no entendía muchas palabras, pues se tradujo en España, con los modismos de allá y con vocabulario más literario y culto. Eso sí, estaba repleto de exquisita y sorprendente información. Así conocí a Los Beatles. 

Más de treinta años después, y ya habiendo elegido a mi héroe dentro de los cuatro Beatles: John Lennon, pude disfrutar y aprender muchísimo más de la idiosincrasia y pensamiento voluntarioso de ese genio inglés, todo gracias a este libro que recomiendo ampliamente ahora, titulado Las cartas de John Lennon. ¡Cómo me hizo falta este texto, cuando escribí mi modesta aportación a la literatura mexicana: Héroe de la clase trabajadora/John Lennon y su obra editado en 1998, el primer libro sobre este tema que escribe un mexicano y que se dio a conocer en varias latitudes. ¡Todo lo que no he aprendido de Lennon, después de estos quince largos años que han pasado!  

Esta gran recopilación de escritos de Lennon, arroja mucha luz sobre los diferentes estados de ánimo y de ideología que vivió y sintió el fundador de Los Beatles. Descubrimos a través de ellos, la intimidad y el lado más personal del sensible compositor.  

Muchas de las cartas son inéditas y revelan sus pasiones, preocupaciones y miedos, su inconformidad, disgustos y pareceres. Las cartas están ilustradas con los dibujos del propio compositor de Imagine. Es un coctel  suculento y a veces de un extraño encanto, atiborrado con juegos de palabras, trabalenguas y bromas. Es todo el ingenio de Lennon expuesto sin cortapisas en un papel. Las letras ahí contenidas, forman ya, un valioso testimonio de su intensa vida.

Y, paradoja o no, el autor de esa recopilación con los debidos comentarios, notas, apostillas y hasta interpretaciones de los escritos de Lennon es, el mismo Hunter Davis con el que entré al estudio de la beatlemanía. 

Davis es un periodista y escritor británico que tiene el gran privilegio de ser el autor de la única biografía oficial y autorizada de Los Beatles, -ya comentada líneas arriba-, y que si bien es cierto tiene muchas omisiones hechas, muy probablemente a propósito, -pues se trataba de escribir una obra apologética sobre John, Paul, George y Ringo-, así la biografía por ejemplo, no dice entre otros puntos ciertos de la historia, que Brian Epstein, el representante del grupo, era homosexual, (muchas de estas deficiencias se subsanarían en obras posteriores como la de Phillip Norman: Shout!). Lo único cierto y muy encomiable, es que Davis contó con fuentes de primera mano cómo las entrevistas que les hizo a familiares y amigos de Los Beatles, amén que de éstos últimos, obtuvo revelaciones muy importantes de propia boca. Años después, esa biografía la enriqueció, la actualizó y la presentó en una edición muy bella. ¡Contar con ese tipo de fuentes primarias, es la envidia y el sueño dorado de todo historiador! 

Davis, no conforme con la enorme obra ya descrita, platicó y acordó con Yoko Ono  el asunto de publicar los manuscritos de John Lennon, ella al principio se opuso, porque pensaba que era un aspecto muy privado de John, finalmente dio su autorización, (¿la movió el dinero, o fue un gesto dadivoso de compartición?), y, como conclusión, los manuscritos conocidos y otros no tanto, vieron la luz pública, lo cual, desde luego, es muy agradecible. Con el permiso de la viuda en la mano, Davis, se puso a recopilar todo lo existente, contactó a muchos familiares, amigos, asistentes, publicaciones y otros medios de comunicación, rastreó y se acercó a coleccionistas particulares y corporativos y fans que tienen en su poder, los papeles originales. Con todos esos documentos, editó la correspondencia privada de Lennon, en este inigualable y hermoso libro. 

El recopilador agrupa todos los escritos como cartas, aunque en realidad se trata de notas, instrucciones, formularios, documentos oficiales, telegramas y por supuesto, también misivas, algunas muy extensas y otras muy tajantes, pero creo que todas tienen un alto valor estimativo, histórico y en algunos casos, también retórico. 

En total son 285 cartas presentadas en el libro, algunas tempraneras están fechadas en marzo de 1961 la época de la Caverna, hay otra del 15 de agosto de 1960  sobre el primer viaje del grupo a Hamburgo y otra de diciembre de 1962 cuando los Escarabajos hicieron su primera aparición en televisión. 

Para John, era muy natural escribir y le gustaba mucho comunicarse por escrito; él vivió y murió en una época anterior a los e mail o correos electrónicos, el chat, los mensajes de texto de celular o los post, entradas o estados de las llamadas redes sociales. Su mundo comunicacional era un papel y un lápiz o acaso, una máquina de escribir en donde redactó varios escritos. Desde luego que muchos de esos papeles, ahora son infinitamente valiosos, como por ejemplo, los borradores de muchas de sus canciones, o el listado de los temas que Los Beatles interpretaron en algún concierto. 

Escribió mucho de su puño y letra, haciendo honor al título de su primer libro In his own write, casi siempre plasmaba sus ideas escoltadas con dibujos, dirigidas a familiares, amigos, fans, periódicos, organizaciones de diferentes índoles y no dejó de lado a los abogados, pues también enfrentó varios problemas judiciales. 

Yoko Ono, -la viuda y titular de los derechos de propiedad intelectual de Lennon-,  y Hunter Davis se pusieron en contacto con un sinnúmero de destinatarios quienes gustosos o comprometidos, accedieron a prestar copias o a veces los originales de notas, listas, cartas, tarjetas, postales o cualquier papel que llevara la firma de John Lennon, a veces, hasta eso era suficiente, pues finalmente era un autógrafo. Yoko prestó todo lo que conservaba y el mismo Davis encontró algunos documentos dirigidos hacia su persona y familia. 

No sólo están los manuscritos, también existen sus dos libros de poemas publicados y claro los famosos e invaluables libritos escolares como el de Sport Speed and Illustrated, que escribió alrededor de los diez años de edad y el Daily Howl. Muchos de los propietarios de estas cartas, alcanzaron cierta notoriedad, otros más permanecen en el anonimato. Incluso, he llegado a pensar que el propio Paul McCartney posee algunos de ellos, adquiridos probablemente en una de las muchas subastas que se hacen de objetos de estrellas del rock. Dean Wilson otro coleccionista llegó a tener un manuscrito que facilitó para el libro. Davis refiere el caso de otra propietaria que vendió su carta para comprarse una lavadora. 

En fin, éste es un gran trabajo de investigación y recopilación. El valor de las cartas no sólo es comercial, también es literario. Los escritos y canciones de John se estudian en todo el mundo, como en la Jacobs School of Music de la Universidad de Indiana, la mayor escuela de Música de Estados Unidos. 

Son textos socarrones, divertidos, de una inspirada locura, llena de una conmovedora emoción y honestidad, retruécanos y expresiones muchas veces inentendibles que se complementan con las eruditas explicaciones e inteligentes comentarios editoriales de Davis. Cada carta incluye por lo regular, una imagen gráfica aunque muchas de ellas ya están muy deterioradas. 

Por otra parte, debemos decir que es una fortuna tener la versión en español, pues para los mismos angloparlantes, resulta muy complicado entender el significado, dado que Lennon escribía con faltas de ortografía intencional o descuidadamente o bien porque mezclaba palabras en otros idiomas o inventaba nuevas, eso sin mencionar los retrúcanos lennonianos, tan célebres.  

Es muy admirable el trabajo que hizo la traductora para esta edición quien prácticamente tuvo que adivinar muchas palabras o hasta las fechas. Para el mismo Davis, fue muy dificultoso las explicaciones. 

Entre los muchos destinatarios y cartas que escribió Lennon, están los siguientes: una tarjeta a su tía Harriet en navidad de 1951, una nota para la misma tía en donde le informa que tomó prestada la bicicleta de su primo David, una bella postal navideña con dibujos para su novia Cynthia de 1958, una carta para Stuart Sutcliffe de 1961 en donde viene incluido este pequeño y sublime poema: 

“No puedo recordar nada
que no tuviera una tristeza tan profunda
que difícilmente puedo concebir,
tan profunda que sus lágrimas me dejaban
como un espectador, de mi propia ESTUPIDEZ
Y así voy vagando con un hey nonny, nonny no”. 

Hay otra carta enviada a una fan de nombre Joan, escrita alrededor de septiembre de 1962 en la cual le envía adjunto, una púa de guitarra y una cajetilla de cigarros firmada por él mismo, cómo ella le solicitó. A veces Lennon escogía cartas al azar de la mucha correspondencia que le llegaba y otras tantas veces, contestaba personalmente las mismas, sobre todo si en la misma carta, el remitente incluía un sobre con todos los datos. También existe un listado del repertorio de su primer concierto de Estados Unidos del 11 de febrero de 1964 en Washington, una carta a su padre Alf, y otra a su ama de llaves Dot Jarlett que vivía en la casona conocida como Kenwood. 

Lennon escribió sus cartas en muy diferentes tipos de papel, pautado o hasta membretado y desde lugares muy distantes y distintos. Cuando estaba en su curso de Meditación Trascendental en la India se despedía con un “Que Dios te bendiga” o con un “Jai Guru Dev”. Desde que conoció y vivió con Yoko, siempre dibujó en sus cartas las famosas caritas de John y Yoko. 

Durante la época de las encamadas escribió la rara frase de “Dios es amor”, esto fue en mayo de 1969 en Montreal, Canadá. 

También contestó la encuesta de la línea aérea BOAC el 29 de marzo de 1969, mientras viajaba en uno de sus aviones. 

En una hoja de libreta escolar escribió y firmó un comunicado como presidente de Apple y a George Harrison lo puso como director, esto cuando tenían los problemas más severos con Paul McCartney.  

Otro mérito de este gran libro que es necesario distinguir, es que incluye fotos nunca antes vistas, o al menos, muy poco conocidas. 

Mandó varias cartas a periódicos como el Record Mirror y a revistas como la OZ y lo hacía, como ya dije, con el primer papel que encontraba a la mano, es por ello que existen escritos plasmados  en papel membretado de varias empresas como la American President Line o la American Air Lines. 

Su primer escrito: Un librito diseñado completamente por él mismo.
 No es que 1971 sea el año más prolífico de Lennon en cuanto a la producción de cartas, lo que pasa es que las fechadas en ese año son las más abundantes que se conservan. Probablemente las más fascinantes tenían que ver con Paul McCartney. Hay un fragmento dirigido a él que dice “¡Ah si hubiera una respuesta! De verdad crees que es sencilla ¿La mayor parte del arte actual ha surgido debido a Los Beatles? No creo que estés tan loco Paul”. 

También le escribió a Tariq Ali, Mike Evans y a la Reina de Inglaterra, entre muchos otros.  

Defendió e impulsó mucho la obra de Yoko Ono contra artículos detractores, decía a los que no reconsideraban el valor de la obra artística de la japonesa: “Tus prejuicios no pueden ser tan profundos”. Criticó a la opulencia y defendió muchas causas políticas, particularmente a los encarcelados injustamente, por quienes pedía clemencia. Refiriéndose al álbum de Yoko, Fly,  dijo: “…dentro de poco en las grasientas manos de la monja egocéntrica invisible que fue vista por última vez con los gorbells”. 

A una postal titulada “Spring evening” que muestra a un sátiro y una mujer, John le añadió al sátiro unas gafas redondas y a la mujer le sobrepuso una foto de la cara de Yoko, esa postal la editó el Museo Nacional de Artes de Budapest en 1819. 

También en otro escrito, defiende su propia obra: en la carta 147 fechada en septiembre de 1971 dirigida a George Martin, le dice a éste que él, Lennon, escribió al menos el 50% de las letras de Eleonor Rigby. Todos pensábamos que era una canción integra de McCartney. Esto quiere decir que la canción le gustaba a John, de lo contrario hubiera dicho que era cosa de Paul. Yo creo que sí es mayoritariamente de Paul.  

En la  carta 148 fechada el 9 de diciembre de 1971 le dice a Paul “No dices nada pero lo dices muy fuerte como si dijeras algo”.  

Escribió unas notas sobre el álbum Imagine. Son los comentarios más extensos que redactó sobre su propia música, aunque nunca se publicaron. 

Una parte interesantísima es cuando John, le escribe a Len Wood, un director de EMI para sugerirle las canciones que formarían parte de unos EP´s mexicanos. Es una parte muy didáctica, en la cual se aprende mucho, pues Lennon, realmente estaba interesado en la música de los Beatles, aunque él dijera que no. Además es de relevancia, porque dejó plasmado en papel, el nombre de México. 

Existe otra carta dirigida a su chofer Les Anthony. Es digno de mención, porque Lennon, a pesar de ser un burgués rebelde, tenía afinidad con la clase proletariada. 

Llama mucho la atención una carta dirigida a varios líderes del mundo, para detener la ejecución de Michael X, (un negro que finalmente fue ahorcado en 1975); en ella dice “…matar no es la solución.” 

Los beneficios de la canción The Luck of the irish fueron destinados al movimiento de derechos civiles de Irlanda. También apoyó la investigación para la distrofia muscular. Es conocido su concierto One to one de 1972 que sirvió para recaudar fondos para la Willowbrook School, una escuela que atendía a niños con retraso mental. Todos los conciertos que ofreció Lennon después de Los Beatles fueron benéficos y nunca cobró nada por ellos. 

En otra carta se conduele de los soldados muertos y culpa al imperialismo británico y al estadounidense, de manera muy abierta. 

Hay otra carta de Yoko en donde él sólo pone al final, “Estoy de acuerdo” 

También escribió una reseña muy interesante sobre The Goon Show Scripts. Algo que muchos no sabíamos.  

En julio de 1975 le escribe a un productor de radio en donde se sincera: “¿De verdad estoy haciendo lo que realmente quiero hacer o simplemente hago lo que se supone debo hacer?” 

En otra misiva fechada en junio de 1975, la llamada carta 208, dice que “…los Bay City Rollers, son gays excepto el que finge serlo” (¡Primicia! Los City Rollers era un quinteto escocés que hizo muy popular el tema de Saturday Night). 

A finales de la vida de Lennon, le gustaba Blondie o Donna Sumer, por eso le pidió por escrito a su asistente Fred Seaman que le comprará el disco Hot Sutf de la Reina de la Música Disco. 

Su imperdible hábito, por no decir manía, de mandar postales a gente cercana a él, (Ringo Starr o Alfred, su padre), le hizo enviar postales desde La Coruña, Singapur, Alemania, Cuba, Rusia, Japón, Liverpool y Estados Unidos, entre muchos otros. Le mandó algunas postales a Rosa López, una doméstica española que fue quien enseñó a Lennon a hornear pan y algunas palabras en español. A ella, más que una empleada, la consideraba una amiga. A Rosa le escribió desde Japón: “Buenos días” (¡en español!). Otras palabras que dijo Lennon en nuestro idioma fue “Qué pasa”, fue en la canción New York City publicada en 1972.  

En fin, en las cartas, encontramos instrucciones para sus asistentes y hasta una ingeniosa y mordaz nota para la lavandería, entre divertida e irónica. (Carta 265). 

También firmó en el libro de registro de la goleta Megan Jay, en la que Lennon de manera verdaderamente inusual, navegó, -él solo, sin asistentes-, con otros cuatro tripulantes en junio de 1980 hasta las Bahamas. Con ello, conoció la experiencia del marinero, un gusto que siempre llevó dentro. Su padre y abuelo fueron marinos. Esta aventura es muy poco conocida en su biografía.  

En la página 257 de este maravilloso libro, Davis narra la historia de una joven brasileña de dieciséis años llamada Lizzie Bravo que en 1968 hizo un viaje de vacaciones a Londres -que le regalaron sus padres por sus quince años de vida-, con su mejor amiga Denise, ambas junto a otras muchachas, muy seguido se atrincheraban afuera de los estudios EMI en Abbey Road, con la esperanza de ver a los Beatles. El único propósito de su viaje era ese, conocer, aunque sea de lejos a los Beatles. Sucedió que el domingo 4 de febrero de 1968, Paul McCartney salió de los estudios y preguntó a las fans reunidas allí si alguna podía alcanzar una nota alta. Lizzie y Gaylee Pease se ofrecieron como voluntarias y se las condujo al interior de los estudios para cantar con los Beatles, ¡Una fantasía hecha realidad para cualquier beatlémano! Estaban grabando Across The Universe, compuesta por John, y Lizzie y Gayleen tuvieron que cantar durante más de dos horas el mismo estribillo una y otra vez: “Nothing´s gonna change my world”. Gayleen compartió micrófono con Paul y Lizzie, con John. 

Último escrito que se conoce de Lennon, 8 de diciembre de 1980.
Quiero, por último, citar algunas cartas completas de Lennon, quizá son representativas, no solo por su contenido sino acaso, por su forma literaria de redacción:  

Carta 175, (p. 60): 
“Declaración de Nutopia, 1 de abril de 1973.
 Anunciamos el nacimiento de un país conceptual, NUTOPIA.
La ciudadanía del país puede obtenerse mediante una declaración de la propia conciencia de pertenecía a NUTOPIA.
NUTOPIA no tiene más leyes que las cósmicas.
Todas las personas de NUTOPIA son embajadores del país.

Como dos embajadores de NUTOPIA, pedimos inmunidad diplomática y reconocimiento en las Naciones Unidas de nuestro país y su gente. 

John Lennon
Yoko Ono 
Embajada de Nutopía
One White Street
Nueva York, N. Y. 10013
1 de abril de 1973” 

El himno internacional de Nutopia, son tres segundos de silencio, está “grabado” por Lennon y se publicó en el álbum Mind Games de 1973. La palabra Nutopia viene de Nut, loco y Utopia, utopía. 

Carta 21, (p. 200): Carta del club de fans a las fans suizas, 1962/63 
“Hola, bienvenidas todas nuestras amigas en Suiza.
Encantados de tenerles en el club de fans.
Saludos cordiales de los Beatles
John Lennon, Paul McCartney,
George Harrison, Ringo Starr.” 

John también le dirigió una Carta de amor a Mario Rossi, crítico de arte del periódico Syracuse Post Standard, John apoyó su misiva con argumentos más artísticos. (Carta 138, octubre de 1971): 

“Querido Mario (siglo XIX) Rossi,
Si en su mediocre e insignificante ataque hubiera dicho algo del siglo XX, le hubiera contestado. No lo hizo.
¿Por qué no le da su trabajo a un escritor?
De dos amantes de lo antiguo y lo nuevo.
John Lennon
Yoko Ono 

PD. Supongo que la rueda de bicicleta de Marcel Duchamp está en la categoría de cañerías oxidadas, gracias por el cumplido. (¿Ha oído hablar de Duchamp?)” 

El libro físicamente, mide 19 cm de ancho, 25 cm de alto y 4 cm de fondo. La primera edición es de febrero de 2013, fue registrado por Seyla Editores y editado por Libros Cúpula. Consta de 392 páginas, bellamente ilustrado a todo color y de muy buen papel y pasta dura.  

El genial Hunter Davis autor del libro en comento, donó en mayo de 2013 algunos manuscritos de Lennon a la Biblioteca Británica, que serán exhibidos en la Galería de los Tesoros junto a obras de Beethoven y Shakespeare. Entre los documentos cedidos a la nación figuran las letras de canciones del Cuarteto de Liverpool como 'Strawberry Fields Forever', 'She said she said" e 'In my life'. La donación fue en cierta forma, tramposa, pues el gobierno inglés lanzó un programa de reducciones fiscales para quien done objetos patrimoniales y Davis se acogió a él, con lo cual se ahorró varios miles de libras esterlinas en impuestos. Pienso que el ganador finalmente, es el público quien podrá admirar un papel con algunos trazos que ni siquiera el mismo Lennon supuso lo que podrían valer en el futuro. 
¡Espléndido libro!
Como colofón, quiero decir lo que pienso del hombre que más admiro en el mundo, (con todas sus reservas): creo que los últimos diez años de vida de John Lennon marcan toda la diferencia. Para mí, el Lennon que más admiro es el de 1970 a 1975 y por otra parte, el que menos me gusta es el de 1975 a 1980, siento que en éste último periodo dejó de pelear por los ideales que le caracterizaban y perdió mucho de su maravillosa rebeldía; se dedicó más a vivir como un maldito burgués, de esos, que él odiaba. Pero probablemente el hombre, el ser humano en general, también necesita un poco de vida familiar a veces, yo mismo lo he experimentado. Pero finalmente, ¿Quién es John Lennon? ¿Un hipócrita, un loco, un genio? O, ¿Acaso es sólo un hombre, como tú o como yo?