29 de mayo de 2016

TANATOLOGÍA


Felicito y agradezco enormemente, al Colegio de Trabajadores Sociales de Hidalgo por su ardua labor de integrar y valorar el servicio profesional que brindan sus miembros a la sociedad. La idea no consiste solamente en  agruparse en un gremio por vocación, sino actualizarse, compartir conocimientos y experiencias en este gran y complejo campo que adjetivamos como conductas humanas. Eso de por sí ya es bello, pero también es harto complejo: pretender conocer y corregir las relaciones entre personas, pues la persona en sí misma, ya es materia de culto, de incógnitas y de asombro cotidiano. No hay nada más atrevido ni soberbio que intentar conocer al ser humano, sus reacciones, relaciones y sus mundos que apabullantemente son muchos, contradictorios y sorprendentes.
Todos tenemos una tarea en la vida, y al Trabajador Social le tocó bailar con una de las más feas de la fiesta, que sin embargo, es la mejor bailadora: el comportamiento humano y sus amoríos con las diferentes instituciones creadas exprofeso. ¡Simplemente es una gran faena!

Dentro de las actividades que realiza el Colegio supra dicho, destaca, además de la comunicación entre colegas, la capacitación constante. Por ello es que realizaron un invaluable curso sobre tanatología del 26 al 28 de mayo de 2016, en Pachuca Hidalgo. La tanatología, es una ciencia que además de necesaria resulta de algún modo apasionante. Esta trata sobre el  sufrimiento psicológico y físico que tenemos los seres humanos sobre cualquier tipo de pérdida, particularmente sobre la muerte de un ser querido, estudia analiza y propone, terapias para enfrentar las  relaciones significativas del enfermo terminal  o de la ausencia o finalización de cualquier otra cosa afectiva como el trabajo o la separación de la pareja. También ayuda a entender los aspectos legales y en general ofrece alternativas respecto al  trato humanitario que merece el fallecido y sus cuidadores y familiares.

La tanatología es una disciplina integral que estudia el hecho inevitable de la muerte; su propósito es auxiliar a los que aún viven, a enfrentar las situaciones conflictivas que suceden en torno a ella, desde distintos ámbitos del saber, como la medicina, la psicología, la antropología física, la religión, la filosofía y el derecho. La tanatología pretende ambiciosamente, curar el dolor de la muerte y de la desesperanza.
Realmente es una gran experiencia acercarse a los contenidos de esta materia y sobre todo si se está acompañado de grandes especialistas como la muy reconocida doctora Rocío Tello y su equipo de colaboradores. A mí me encanta escuchar a la doctora Tello, porque de cierta forma, además del profundo fondo de sus asertivas reflexiones, éstas las hace de manera tan coloquial y teatralizada que hacen pensar y sacudir los estereotipos de una forma natural y hasta divertida. Me encantan los enfoques y los detenimientos mentales sobre el tema, porque a raíz de mi tesis doctoral, encontré un universo entero sobre la salud, enfermedad, vejez y muerte. Lamento mucho que al taller asistieron básicamente los profesionales de Trabajo Social, en realidad la tanatología nos debe interesar a todos, pues todos hemos tenido pérdidas de todo tipo y las seguiremos teniendo.

Como aportación personal, podría decir que aprender decir adiós es todo un arte, aunque duele mucho, pues la filosofía oriental nos dice -con toda sabiduría-, que el origen del dolor es el apego a la vida. Ya lo decía George Harrison en una hermosa canción: Morir es un arte, y yo creo que enfrentar ese hecho, todavía es un arte mayor. Todo es temporal, hasta el goce y sufrimiento. Lo eterno es el amor, ese no muere, pues es una energía que sólo se transforma. Por eso y si acaso por las dudas yo amo. Y amo mucho. 

20 de mayo de 2016

UN LAGO DE AGUA


Las nuevas tendencias interpretativas sobre la visita museal, no reposan como antes y del todo, en las colecciones, éstas ya no son la cereza del pastel, ni el jonrón del partido, ahora se cree que más que el acervo o contenidos, la verdadera riqueza de un museo, está en las experiencias que se puede llevar el visitante. Prácticas que se viven a través del mundo sensorial y del conocimiento. El museo es un rincón que nos permea, a través del saber y el goce estético: toda una experiencia. Cuando se sale de un recinto museístico, uno ya no es el mismo respecto de cuando entró.

Creo que debiera utilizarse esta misma analogía con las relaciones humanas. Me explico: lo que verdaderamente se lleva uno de cada instante, sueño, deseo o dolor, no son las cosas. Uno como coleccionista, (es mi caso específico), no debe sentir regocijo por poseer bienes, finalmente son objetos que se quedan por un tiempo más que sus dueños, aunque al final también se vayan. Lo que verdaderamente importa es el uso y la elucidación. El plus de los objetos coleccionables resguardados en archivos, bibliotecas, discotecas o museos, es el don de la compartición. Disfrutar con otro que participa de tus mismos gustos es disfrutarlo doblemente. En caso contrario, no tiene sentido la acumulación de objetos ni de ideas.

Así, estar enamorado y después de salir o que te corran de ese recinto, no significa tirar a la basura los recuerdos. Esos memories que a veces te haces reír y muchas más llorar, no tienen por qué arrojarse al bote de basura tan enojadamente. Yo por ejemplo, tardo mucho en deshacerme de las fotos, pues estas representan  momentos burlones que pretenden distraer al tiempo. En ellas se atrapan instantes caprichosos mil veces involuntarios. Pero todo queda registrado en una imagen. Ciertamente a veces sirven de escapulario para un moribundo. Y otras tantas logran una sonrisa, para uno que está en proceso de llegar a serlo. Es nuestra vida y generaciones posteriores la verán con un sentido arqueológico, científico,  y acaso, con algo de extrañamiento.

Con los poemas pasa lo mismo, aquí un ejemplo:

Pozo del placer que tanta agua diste a otros sedientos, antes que a mí. Tu boca -que es el gran Templo de las Diosas- y tus momentos mágicos, que me prestaste momentáneamente y que ahora me arrebatas sin compasión y con toda la fuerza del karma, fueron uno de los mejores aprendizajes de mi vida. Te amo “, ¿Ya viste que yo soy más Cristalito que tú?  Te amo. Te amo mi amor. Como el agua del lago helado, ella no siente nada por mí, pero me hace feliz.