Yo creo que el conocimiento sobre
el pasado se puede compartir o incluso enriquecer y muy acaso, perfeccionar;
eso pasa mucho con la historia, ciencia que se basa en fuentes informativas que
a veces se maquillan para bien o para mal y se vuelve el gran reto y trabajo del historiador: No permitir
que el polvo del olvido cubra hechos significativos o que se deformen de
acuerdo a una visión acomodaticia. Lo que sí es más difícil de transmitir, son
las emociones, los sentimientos, la pasión y el contexto de esas vivencias.
Es por eso que es muy agradecible
que el día de hoy estuvieron en un taller organizado por el Comité Ejecutivo de
la Sección Hidalgo del Sindicato Nacional Democrático de Trabajadores de la
Secretaría de Cultura, (El curso se llamó “Historia y actualidad de las conquistas
laborales en el INAH”), dos paladines de la lucha sindical, forjadores de algún
modo de lo que se tiene ahora, que para nada es menor. El Instituto Nacional de
Antropología e Historia es referente a nivel Latinoamérica, por su ideología
vanguardista, que lo ha llevado a destacar por sus conquistas laborales. Pero
ser progresista no es tan fácil, hay que estudiar, debatir, intercambiar,
aprender, sufrir y amar la materia de
trabajo. Cuando se hace un daño al patrimonio cultural, se lo hacen a la
identidad del pueblo de México y nosotros nos lo tomamos como personal.
Ya por libros o documentales,
conocemos la grandeza y diversidad de los bienes patrimoniales de México, pero
cuando se visita un museo o una zona arqueológica, y que uno sabe todo lo
complejo y plural que significa mostrar un acervo tan importante al público, se
prende la conciencia irremediablemente, de orgullo y se vuelve una razón filosófica
más para agradecer a Dios tantas oportunidades. Se pone uno la capa de super héroe
para defender lo que manos mexicanas hicieron y que ahora nos toca a nosotros
defender.
Trabajar definitivamente es
una bendición, pero trabajar para preservar la memoria de MEXICO, es todo un
privilegio. Un honor.
Este curso taller, fue pensado
como una estrategia ideológica, para concientizar a los trabajadores de nuevo
ingreso, (algunos de ellos entraron sólo por la fortuna de un apellido), para
dar a entender que las conquistas laborables de las que ahora se goza, son
fruto de un muy arduo y penoso trabajo, que algunos idealistas soñaron y que
lograron, otros más las consolidaron y a
otras generaciones contemporáneas corresponde respetar y mantener, pero no como
una dadiva o entrega política, sino como corresponde a un trabajo especializado
y con amor. Es lo que se llamó en algún momento sudar la camiseta, pero no
únicamente por dinero, sino por convicción, por gusto diría yo. Mi frase que
todo mundo conoce, es: “Si yo fuera rico, haría todo esto gratis”.
Fue una jornada muy didáctica y
afable. Como expositores contamos con el arquitecto Stanislao Labra, icono del
sindicalismo mexicano, con 51 años de servicio, precursor y co-fundador de lo
que fue la celebérrima D III 24. Labra nos dio datos, fechas, nombres y hasta
nos mostró los primeros documentos obtenidos de las autoridades en turno. Él y
un grupo de entusiastas lograron todo lo que tenemos ahora: Las Condiciones
Generales de Trabajo (Digamos la constitución laboral), el Convenio de
Prestaciones Socio-económicas, el reconocimiento de que el trabajador del INAH
es un técnico, es decir un especialista. Fue un lujo escucharlo. Un actor
viviente de la represión gubernamental del 68 y del 71. Muchos de sus amigos y
conocidos fueron acribillados por las balas de la intolerancia ideológica del
Estado, mejor, del gobierno.
Antes de Labra, estuvo el muy admirado Mtro. Francisco Galván, que sabe de todo, casi ha estado en
todo y lo cuenta de una manera muy entretenida. Paco colaboró conmigo como
instructor de diferentes cursos que organicé cuando fui representante nacional
del grupo de Profesionistas en Gestión del Patrimonio Cultural, del cual, él de
hecho, fue impulsor del puesto que tiene la finalidad de ubicar a trabajadores
con formación académica, incluso los que cuentan con posgrado. Inteligente,
motivador y propositivo.
Entre los temas tratados, a
pesar del poco tiempo, estuvieron: Antecedentes de las relaciones laborales del
INAH en la Ley Orgánica 1938/1939 y la apertura democrática. La democratización
de los trabajadores del INAH y sus Condiciones Generales de Trabajo. La
consolidación de la democracia del INAH, convenio de equiparación salarial y sus
prestaciones. Los trabajadores del INAH frente al cambio de modelo de
desarrollo nacional, el neoliberalismo 1982/2000.Golpe de timón y ruptura
histórica del binomio educación y cultura, la Secretaría de Cultura 2001-2015.
Pero no sólo estuvo la parte
de recuperación histórica y su contraste con la actualidad, también nos
acompañó el Ing. Erik Yatzgar Chew, del Sindicato de Telefonistas e integrante
de Frente Amplio Social Unitario, que reúne a los sindicatos democráticos de
México y que aparte de que nos hizo una revisión ( y yo diría que hasta una
corrección histórica), nos invitó para que este sábado 24 de febrero,
participemos en un taller sobre equidad de género en el ámbito laboral, la cita
es a las 9:00 horas en el local del sindicato de telefonistas, aquí en Pachuca,
que se encuentra en la calle de Abasolo, casi esquina con Guzmán Mayer.
Para redondear este gran día y
como si no hubiese sido suficiente, el gran Ernesto López Ortega, un extraordinario poeta
y cantante de trova, de esa que ya no se ve ni se oye, pero que hace muchos
años, era casi la única forma de expresión de la juventud, (junto, quizá con
los grafitis, que creo, en este tiempo comenzaron). Ernesto nos deleitó con sus
poemas y canciones, nuestro artista ha participado con connotados intérpretes, (entre
ellos, fue guitarrista de Óscar Chávez). Hoy tuvimos el privilegio de escuchar
su poesía crítica y sus hermosas canciones. Ernesto acostumbra recitar una
poesía y luego cantar una canción.
Al final de todo esto, hubo
una taquiza deliciosa, chicharrón en salsa verde, huevo con nopales, papas con
chorizo y frijoles.
Felicito a mi comité, a mi
secretario y a todos los trabajadores que creemos en los modelos democráticos y
progresistas.
No sé a quién se le ocurrió
esa frase, que gráficamente se representa con el puño izquierdo levantado, pero
me gusta mucho:
¡UNIDOS Y ORGANIZADOS
VENCEREMOS!