22 de marzo de 2013

VIRGEN DE DOLORES 2013

“Y al final, el amor que tú cosechas, equivale al amor, que tú, sembraste”. Me parece que esta frase de Los Beatles de 1969 se aplica concienzudamente, al ya largo trabajo que llevo desempeñando en favor del patrimonio cultural de Hidalgo, de México y por supuesto del arte universal desde hace tiempo, y con toda la pasión posible.

Después de algunos años de haber retomado e impulsado una tradición añeja, compleja, vistosa y muy emotiva que es la instalación del altar de Dolores, primero en el ex convento de San Francisco de Pachuca, el cual, definitivamente, ya arraigó entre la comunidad como una costumbre de cada año, logramos después implementar que la exposición referida se montase también de manera ininterrumpida en el claustro del ex convento de Tepeapulco; poco después hicimos lo mismo en la casa agustina de Actopan, exposición que se ha caracterizado por ser muy colorida, esplendorosa y complicada en cuanto a elementos que lo decoran.

Finalmente ahora, hemos extendido esta emoción y orgullo que nos da identidad como pueblo, al municipio de Acatlán, Hidalgo, (y que a mí en lo personal me trae tantos recuerdos hermosos), pudimos contagiar a gente sensible de ese bello poblado, particularmente a la asociación Fray Alonso de Borja, para que ellos, también, con el apoyo y asesoría del Instituto Nacional de Antropología e Historia, montaran su propio Altar. El día de hoy se inauguró y me llevé una verdadera sorpresa al ver lo majestuoso e increíblemente laborioso que fue su colocación: Aserrín pintado, flores hermosas y plantas aromáticas, cortinajes, iluminación, papel picado, semillas, música ambiental y muchos otros elementos que hacen de esta muestra, -a mi criterio-, una de los mejores de todo el país. Sinceramente admiro y felicito el entusiasmo de la comunidad de Acatlán, por acoger, rescatar, difundir y promover este patrimonio cultural intangible tan lleno de creatividad. El plus que tiene esta instalación es el trabajo colectivo, pues las familias o comunidades que montan su Altar, se designan tareas específicas para aportar los elementos característicos de la celebración, (sobre todo los enmarañados tapetes de semillas que requieren horas de dedicación y paciencia). La instalación, que si bien es cierto tiene orígenes religiosos, ahora forma parte del patrimonio costumbrista de nuestro país.

       
Todo lo anterior posiciona al estado de Hidalgo como una de las entidades federativas más apasionadas por la defensa y fomento de su múltiple y valioso acervo cultural.

Empero, confieso que me hubiese gustado ver en la inauguración a más niños y jóvenes en búsqueda de lo suyo, en el legado patrimonial que les han dejado como herencia cultural, sus antepasados.

Desde aquí invito a todo el mundo a que vaya a conocer esta maravilla y apuntalar económicamente, -con donativos, a la Asociación-, ya que la entrada es libre; creo que la gente con posibilidades, debería apoyar a ese hermosísimo y antiguo convento, que bien vale la pena. Desde luego no deslindo la obligación que tiene el gobierno, de hacer la parte que le corresponde. Pero si no la hace, tendremos que entrarle los ciudadanos. ¡Es nuestro patrimonio!

Termino mi comentario con otra frase que también cantan Los Beatles y que se refiere a que si conociéramos la grandeza y pluralidad que tiene México en materia de patrimonio cultural y artístico, y si al hacer esto con la debida conciencia, y si enseguida lo contrastáramos con otras naciones que no tienen la historia ni magnificencia de nuestro país, entonces aprenderíamos a valorarlo, a respetarlo y a darle todo nuestro amor, es decir, “Conocerlo, es amarlo”.  


16 de marzo de 2013

BLACKBIRD


Muchos títulos de canciones de Los Beatles, -y las traducciones de las letras mismas- obtenidos de libros españoles suenan para nosotros los mexicanos, si no divertidas, al menos, diferentes. Es el caso de Blackbird: -literalmente, Pájaro negro-, canción que en español le pusieron Mirlo, o el Cuervo. Se trata de una bella composición de Paul McCartney inspirada de algún modo por los famosos conflictos raciales en Estados Unidos de 1968, (que encabezó el activista negro de derechos civiles Martin Luther King, muy admirado por el que esto escribe); motivada por el movimiento feminista y por la ideologización socialista y liberal de los estudiantes universitarios de diferentes países, que incluyen a México, entre otros.
La década de los sesenta se distinguió por ser un periodo de revolución de los esquemas de pensamiento en el mundo y por supuesto, Los Beatles fueron los líderes. Otro ejemplo: el tema Revolution.

Paul grabó Blackbird con una guitarra acústica Martin D28 el 11 de junio de 1968 en el estudio número 2 de Abbey Road, George Martin la produjo y el ingeniero de sonido fue Geoff Emerick. Es célebre el ritmo que Paul marca cuando choca el pie contra el piso. Se publicó en el majestuoso álbum doble llamado The Beatles (o, Álbum Blanco en referencia a su pasta que es totalmente de ese color, ¡otro gran ingenio!), el 22 de noviembre de 1968.
Blackbird fue inspirada por Bourée in E minor, de Bach, que es una conocida pieza de guitarra clásica, el Bourée se caracteriza por la melodía y los bajos que se tocan al mismo tiempo. El tema es tan simple que sólo incluye un doblaje de voz de McCartney y un efecto de ave en distintos tiempos. Es sencillo, y sin embargo, es tan bello…

Muchos artistas la han grabado y ha servido de fuente para otras producciones, ya de cine, ya de música. ¡Cómo no recordar a Paul interpretando este tema en vivo! Desde 1976 le gusta hacer una parte acústica y/o solista en sus presentaciones en vivo, donde él solo, frente al público complaciente y complacido, ejecuta y canta esta deliciosa pieza.
Parte de la letra dice: “…Pájaro Negro, toma tus alas rotas y aprende a volar… hacia la luz de la oscura noche negra…”

9 de marzo de 2013

DEBO ESTAR EQUIVOCADO: FB

Ahora que vi que un estado, post o entrada mía en Facebook, [le dicen a ésta asombrosa página despectivamente: FB, a lo mejor por economía de lenguaje, (en mi época le llamaban pereza), o por modismo], no tuvo ningún “Me gusta”, me di cuenta de la imperiosa necesidad que han generado en nosotros los creadores y desarrolladores de la tal red social. No es del todo malo esa condición, pues de alguna manera, la intención de FB, es forzar a los suscriptores que publiquen cada vez más, contenidos de calidad, interés, o de mucha imaginación. Creo, que ese es el gran aporte de la mentada red.
He visto ideas, pensamientos, sentires, composiciones, y fotomontajes de mucha creatividad e inesperada sorpresa, -aunque parezca redundante-. Hay incluso suscriptores que enseñan modales u ortografía o sugieren lecturas o forman opinión y criterio, que ya es decir y de mucho agradecer.
Sin embargo, la parte negativa de FB, es la esclavizante estadística de saber cuántos “like it” tienen nuestras opiniones o estados de ánimo. Reconozco que a través de este medio, he encontrado las mejores fotos de los Beatles que jamás imaginé, (yo que me las daba de ser el coleccionista más completo en ese renglón). Comentarios, pensamientos y hasta chistes súper creativos y divertidos, pero también he encontrado las cosas más estúpidas como: “Ya llegué a la oficina” o “Me dispongo a cenar”. Mi mente tan racional y crítica no admite, a veces, esas tendencias o modas, me parecen un insulto a la inteligencia natural del ser humano. También conjeturo y acepto, que FB como creación comercial, debe y tiene que volverse adictivo, -es su objetivo-, como en su momento lo fue Messanger. Me da mucha tristeza ver cuantos jóvenes y niños, no pueden vivir sin su teléfono y a cada segundo lo consultan. Ya olvidaron la parte verdaderamente social que es convivir con personas reales y no, virtuales.
Soy de los que creen, -porque no soy el único, o bueno, a lo mejor sí, porque no conozco a otro que piense como yo-, que esos medios, incluido el mensajero de texto del celular, imponen una moda, es decir, que ahora se debe comunicar más con menos palabras, incluso con menos letras como el ejemplo de: “K moxa soi :)”
El lenguaje tan bello se ve ahora enriquecido con símbolos y emoticones. No soy un purista porque a mí me encanta hablar con el lenguaje más florido y lépero que existe, pero no me atrevo a mancillar el diccionario, por muy adaptado que esté yo, -a fuerzas-, a la modernidad. El español es tan rico y tan vasto que a veces creo, pretendemos, desafortunadamente, reducirlo al simplismo del idioma inglés, que no le llega ni a la mitad de la belleza ni esplendor de nuestra lengua. Soy antiguo, -viejo, digamos la verdad-. También lo acepto.
Soy antiguo y también soy de la opinión firme de que debemos aprovechar los avances que la tecnología nos obsequia y si tenemos ahora correo electrónico, pues no debemos enfrascarnos en el telegrama, por citar un ejemplo. No obstante, pienso que el FB, -digo ese medio porque tengo dos cuentas en él, Twiter y otras  las desconozco-, debería quitar ese motivante, pero a veces humillante: “Me gusta” porque si no todos tenemos talento para gustar a los demás, no por eso dejamos de ser personas con cualidades.
Creo que sin eso, dejaríamos de ser como una amiga que conozco que a todo le da: “Me gusta”, probablemente por su poca capacidad crítica, o lo que es más posible, porque quiere que a sus comentarios o publicaciones, todos sus amigos respondan con otro “Me gusta”, aunque sea inconscientemente o por pura reciprocidad o agradecimiento. Eso refleja la necesidad que tenemos de aceptación y hasta admiración social. No es pernicioso, simplemente es un perfil del ser humano. No es bueno ni es malo, simplemente, es. Pero opino, que se pierde el rigor del criticismo, el que debiera ser una característica que distingue al ser humano de los otros organismos vivos.
Eso pienso yo, muy seguramente todos los chavos y gente con ideas modernas, piensan diferente a mí y eso es lo bonito, la pluralidad de ideas. Y bueno, finalmente, si yo no creyera en FB, esto no lo hubiera publicado también en este medio tan popular que absorbe tanto. Pero creo más en las personas en vivo, en la sonrisa real y no de fotografía, en la plática en vivo, y no en el chat, -que además me parece una palabra muy fea por su pronunciación-, a diferencia de la palabra, conversar..
(¡No manches, esta reflexión fue sólo porque no le dieron a mi estado publicado en FB, un pinche y maldito ”Me gusta”, vale ma…!)
(Soy víctima de un millonario, yo que soy socialista; me enteré pues vi la película del creador de FB, mientras viajaba en un camión de ADO, ¿¿o sea ves??).
Al final le di a mi comentario, un: “Me gusta”, ¡jé, jé, jé!