Debido a la creencia errónea de que particularmente en el equinoccio de primavera el ser humano puede cargarse de energía cósmica, siempre y cuando se obtenga en el lugar adecuado, (por ejemplo un basamento piramidal y si es milenario como en el caso de las zonas arqueológicas, pues todavía mejor), los edificios y estructuras prehispánicas sufren el acoso de conglomerados ansiosos de verificar ese mito, obteniendo en el mayor de los casos una insolación terrible.
Así pues, las zonas arqueológicas del país con mayor afluencia de visitantes, como Teotihuacán, Cuicuilco, El Tajín, Xochicalco, Chichén Itzá, Palenque, El Tepozteco, Monte Albán, Malinalco, Tulum y Cacaxtla, fueron objeto de un operativo para prevenir posibles daños y garantizar el orden con motivo del fenómeno equiccional. El Programa de Prevención de Desastres en Materia de Patrimonio Cultural no Renovables (o Revertibles), (Previnah), se implementó por parte del Instituto Nacional de Antropología e Historia, organismo del gobierno federal facultado para cuidar los sitios de valor histórico.Sin embargo en este año, el suceso astronómico según especialistas del Instituto de Astronomía de la Universidad Nacional Autónoma de México, fue el miércoles 19 de marzo a las 23:48 horas, momento en que el invierno acabó y por ende comenzó la primavera.
Con todo, lo clásico es asistir el 21 de marzo vestidos de blanco a esos impresionantes monumentos, sin importar mucho el daño que implique cargar las pilas. (Alguien por ahí recomienda que quizá sea mejor una barra de chocolate para obtener la energía buscada).No faltan los danzantes ni músicos que ejecutan instrumentos prehispánicos, ni grupos esotéricos, vendedores y hasta charlatanes que aprovechan este momento único del año para realizar su trabajo.
Yo viví el acontecimiento en la no menos importante zona arqueológica de Tula, (una de las 176 que controla el INAH), que de suyo es de alto valor pues cuenta con declaratoria oficial emitida en ese sentido y publicada en el Diario Oficial de la Federación y todavía más, con declaratoria de Reserva Natural Protegida por el tipo de flora y fauna endémica que ahí sobrevive.
Se dice que el día de hoy hubo mucho más de seis mil visitantes a la zona arqueológica, no todos con boleto pagado pues sabemos que niños, estudiantes, profesores, tercera edad y personas con capacidades diferentes están exentos del pago de 39.00 pesos que cuesta visitar el juego de pelota, la pirámide C con sus atlantes, el Palacio Quemado y por supuesto el Museo de Sito Jorge R. Acosta, la mayoría de ellos mexicanos. Para el caso se montó un impactante operativo de apoyo por parte de la Prevención Civil, Cruz Roja de Tlahuelilpan, preparatorianos del mismo lugar, voluntarios, bomberos y desde luego trabajadores del Instituto, incluyendo al propio director del Centro INAH Hidalgo.Hubo danzantes de Iztacalco D.F. y de otras partes del país. Hubo familias y grupos provenientes de distintos puntos. Hubo además ganas de reconciliarse con el pasado pues Tula no sólo fue una metrópoli de insospechada importancia, también fue capital de la admirable cultura Tolteca.
Fue un día hermoso, lleno de sol aunque sin un calor abrumador, no hubo incidentes mayores y si la algarabía de ver miles de rostros y vivir las experiencias del caso.
De cualquier forma fue: otro equinoccio sin ti.
21 de marzo de 2008
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1 comentario:
Deberiamos acabar con este tipo de practicas y comenzar a preocuparnos por las construcciones, debemos entender que es muy importante conservarlos, es el legado mas importante que tenemos los mexicanos y me parece molesto que la unica razon por la que algunas personas visitan estos lugares tan importantes para nuestros
antepasados es porque van a "cargar energia", algunos se conforman con subir a la piramide y ni siquiera van al museo, a conocer el juego de pelota, etc. hago un atento llamado a dejar esas practicas y a dedicarnos a admirarlos sin dañarlos, espero este mensaje se albergue en algunas mentes (NANCY)
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