El pasado viernes 22 de abril, visitamos el Centro Cultural y Museo de Actopan, Hidalgo, casualmente un día antes también tuve el privilegio de estar en este espacio grandioso para la cultura que se inauguró en el mes de diciembre de 2010. Es un monumento moderno y hermoso que aloja colecciones distintas.
Yo quedé fascinado con el acervo que presentan, especialmente la muestra de las charolas, que es un préstamo al museo y que consta de 467 piezas, todas maravillosas, unas muy antiguas y otras de personajes muy conocidos que prestaron su imagen a cervezas o refrescos y que es de un asombro verdadero. Felicidades al doctor que reunió esta colección al parecer única y si no es única, al menos es la más importante y bien cuidada que yo he visto.Admiro a mas no poder al profesor que reunió una colección filatélica estupenda y que él, lamentablemente, ya marca directrices en otro plano, la hija del desaparecido profesor es quien presta la maravillosa compilación, (me veo muy reflejado en ese espejo, ojala mi hija haga algo parecido con mi modesta muestra de los Beatles). Esa suma tan valiosa de timbres postales tiene temas como Disyenlandia o el Bicentenario de la Independencia, aunque también se exhiben sellos de países tan raros como Rusia, Holanda o Brasil. Incluso tienen una réplica del famoso penny black, el primer sello en el mundo que se inventó en Inglaterra en 1840. Hay que decir que en México se editó el primer timbre postal tan sólo 16 años después que el británico.
Por lo pronto, felicidades México, felicidades región, felicidades comunidad, tenemos un museo de primera con una sección de arqueología, otra de mineralogía, una más de de fotografía antigua y moderna, en donde aprendí que nuestro convento mundialmente importante, tenía otra torre pequeña que al parecer se cayó en un temblor de tierra.
Ahí mismo venden artesanías de mucha calidad y a un muy buen precio. A mí me parece que deberíamos apoyar a estos artistas que el común les dice artesanos, pero que en realidad son orfebres llenos de talento. Yo compré un collar y una diadema para regalar.
El museo tuvo una inversión de 8 millones de pesos, y fue construido en lo que antes fue el Hospital Civil, sobre la carretera principal que comunica Pachuca con Actopan, a un costado de la Cruz Roja.
Me maravilló su pequeño pero asombroso jardín botánico que tiene plantas de la región del Valle del Mezquital que, pues sí, son únicas en el mundo. Nos dijo la linda guía que hay un cactus que nadie sabe quién lo sembró, de pronto apareció en el jardín y ni siquiera nadie sabe su nombre, ellos la conocen como “cerebro” por su parecido al encéfalo humano.
En la sección de pintura, hay tres cuadros que relatan la vida y muerte de una señora que siempre creía en las gaviotas y su esposo que, siendo poeta, le escribió unos versos hermosos relacionados a la muerte. Una de las pinturas refleja el momento que las gaviotas escoltan al espíritu de esa dama a su destino final.
De verdad es imperdonable una visita al centro cultural de Actopan, ¡vale mucho la pena! Ojalá todos los municipios tuvieran esa preocupación por la cultura.
Por cierto que ese día era Viernes Santo y hubo una procesión del Nazareno, que partió de la iglesia conventual.
26 de abril de 2011
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