El Instituto Nacional de Antropología e Historia, a través del Centro INAH Hidalgo, reinauguró el día de hoy, el Museo de Sitio de San Francisco y su muestra: Arte e Historia, un Enfoque en el Tiempo.
La intención que tiene la exposición es la de exponer y rescatar la grandeza del edificio virreinal más importante de Pachuca y parte del arte religioso de la ciudad y de sus múltiples alrededores.
Algunas piezas son de seguimiento de exposiciones anteriores y otras se presentan por primera vez.
La muestra incluye la licencia de construcción otorgada por Luís de Velasco hijo en 1590, el testamento de Miguel Ruiz de Castañeda a favor del convento, un contrato de trabajo para algunas obras en el convento, el nombramiento de Patrono y Sindico Perpetuo del Colegio de San Francisco de Pachuca, que se hizo a Don Pedro Romero de Terreros, el único mapa de la Pachuca novohispana, además de otros mapas de las misiones fundadas por los misioneros de Pachuca.
Entre los objetos de arte sacro tenemos una casulla con estola, un copón y algunos libros litúrgicos, algunas esculturas como un San Miguel Arcángel y un San Francisco de Asís. La esplendorosa obra pictórica comprende entre otros a una Virgen del Rosario y una hermosa Virgen con el Niño.
Entre las piezas estelares que contempla la exposición está un retablo, que por no contar con este tipo de arte en la ciudad, se convierte en una pieza ejemplar.
La sección fotográfica se enriqueció con imágenes nuevas como el caso de una reproducción de la Virgen Apocalíptica a la cual se le mejoró el aspecto visual.
La exposición ha sido remodelada tanto en el aspecto museográfico como en los contenidos de su acervo.
Para esta reinauguración, contamos con una singular tabla: una maravillosa pintura de la Adoración de los Reyes. Además la exposición se enriqueció con unas piezas transitorias: Dos óleos incomparables, una Anunciación y otra Adoración de los Reyes.
Lo importante de esta remodelación, es que la Sala de Los Arcos, albergue de la exposición, fue intervenida, no sólo en pintura total: muros, techo y pisos o el cambio de color en bases y mamparas y la iluminación total, sino que también se tomaron medidas para evitar los filtros de aire, polvo y luz solar que pueden afectar el acervo. Desde ahora el Museo cuenta con equipo para medir la temperatura y la humedad, además por primera vez tiene un sistema de sonorización que hará más placentero y didáctico el recorrido del visitante. Aprovechamos la mayor cantidad de espacios disponibles tal como lo sugieren las corrientes modernas de la museografía de manera tal que ahora hay señalamientos en el piso. Con todos estos elementos el espectador podrá, transportarse a épocas distintas en un solo lugar.
Con todo este gran empuje colectivo, se logra satisfacer en parte, la legitima demanda de la sociedad hidalguense, de contar con un espacio digno que muestre parte del arte sacro colonial y por supuesto la historia de este edificio, que dada su conversión de convento a Colegio Apostólico de Propaganda Fide, es considerado como uno de los institutos evangélicos más importantes de todo el país y del continente americano.
El Museo, pese a sus reducidas dimensiones, no demerita en nada su calidad frente a otras galerías. La exposición tiene el servicio de visitas guiadas gratuitas y tenemos disponibles folletos para el público o estudiantes.
El acto reinaugural estuvo vestido de fiesta, pues hubo funcionarios que fungieron como oradores: el titular de la Secretaria de Turismo y Cultura, Prof. Renato Olivares o el Director del Consejo Estatal para la Cultura y las Artes, Lic. José Vergara, quien además fue quien ideó por primera vez la exposición, dada su calidad de investigador e historiador y quien dibujó dos mapas que se presentan en la muestra , la Maestra Hilda Islas Coordinadora del Departamento de Gestoría Cultural del INAH, y de Juan Carlos Bautista, de la Empresa Jarritos de México quien siempre ha apoyado estos eventos culturales.
El plus de todo y quizá lo más original del evento fue la representación de la pieza teatral: Un día en la vida de los Frailes Descalzos de Pachuca, escrita por un servidor y que estuvo a cargo de Miguel Acono Rodríguez y Cristóbal Everardo Reyes Sánchez, alumnos de la licenciatura de Arte Dramático de la Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo, que fue de lo más emotivo y original que se ha hecho en este Centro INAH, didáctico, artístico y de gran goce estético.
Y para redondear el estilo de vida de los Descalzos, se sirvió al público chocolate y pan, hay que recordar que en el Colegio de Pachuca había un chocolatero que era delicia de los frailes.
Si se desean más datos, favor de acudir al Centro INAH Hidalgo, calle Casasola sin número, colonia Centro, Pachuca, Hidalgo, teléfono (01 771) 71 4 35 20 extensión 115, o al correo electrónico: difusion.inahhgo@yahoo.com.mx
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