9 de agosto de 2007

LOS ANGELITOS DE TULANCINGO


¡¡Vaya nombre para una festividad religiosa de muchos alcances!!
Yo soy de la opinión de que los seres angelicales caben en toda su amplitud en el concepto al cual otra vez me quiero referir hoy aunque sea de manera tangencial: La máxima creación de Dios es la mujer, pues ella en verdad, tiene mucho del sentido religioso que buscamos, porqué finalmente la mujer, -en una de sus multiples facetas que tiene: la de madre-, representa la fuente de vida que fue inventada por el Creador para alegría y felicidad de la humanidad entera.
Empiezo a explicar: tengo serias dudas de que Tulancingo posea a las mujeres más bellas, (según todos los datos, informes, aseveraciones y anécdotas, incluidos mis múltiples visitas, constataciones y aseveraciones a esta extraordinaria población, a la vez colonial, a la vez moderna que tiene lugares particularmente únicos), de todo nuestro estado de Hidalgo.

Es cierto que la ciudad de Tulancingo tiene calles adecuadamente trazadas, muchas construcciones del siglo XIX, larga historia, inacabables leyendas, personajes nacidos o no en Tulancingo, -pero que todos agrandan con sus aportaciones culturales, sociales o científicas (y hasta deportivas)- la magnitud histórica del incomparable núcleo humano y otros muchos argumentos que la razón espera y agradece paciente, desde su palco de honor.

Pero decía yo, que no creo que en Tulancingo vivan los ángeles más bellos, al menos de los lugares que he visitado, (que en cierta forma así es, ¡oh sí!), porqué aquí en Pachuca he visto seres más grandes –en belleza física- que los proclamados en aquella sentida urbe. (De veras que ya es decir).

Aquí en Pachuca he vislumbrado bellezas inigualables (que chocan con el sentido de la muerte): algunas muchachas en diferentes momentos y casi todas en el centro de nuestro conglomerado. Po otra parte, en Actopan viven otras muy bellas féminas especialmente de cuerpo que no se cansa uno de admirar.

La diferencia con las que digo y he visto, respecto a las de Tulancingo, es que aquellas son muy pocas; en cambio en el Tular Chico, (Tulancingo), son muchas, y casi todas de gran belleza y clase. La cuales viven no sólamente en la ciudad sino también en los alrededores que ya es expresión de mucha felicidad. -Me refiero a Zita quien es dueña de una gran parte de mí; y quien perteneciendo entonces a un municipio aledaño, jamás se le podrá desasociar de Tulancingo-. (Con ella conocí, digamos, el zoológico de Tulancingo).

En pronta conversación buscada con la licenciada Lorenia Lira, historiadora, investigadora y responsable reciente de alguna parte importante de la cultura del municipio, -pues ella fue titular del Museo de Datos Históricos- (y a quien agradecemos sinceramente), supimos que el verdadero Patrón eclesiástico de Tulancingo fue San Juan Bautista, aquél que bañó a Jesús en las aguas del Río Jordán, tan así que la población se llamaba antes San Juan Bautista Tulancingo. Sin embargo, en el siglo XIX, en una persecución que sufrieron los otomíes de Actopan, éstos se refugiaron en Tulancingo y entre ellos se encontraba un aficionado a la pintura y al modelado en arcilla y barro, conocido como “Tata Coronado”; el fue quien en la pared de una casa de adobe que habitaba, pintó a la virgen María rodeada de querubines; cuando regresó a su lugar de origen y antes de su muerte pidió que cuidaran mucho de su niña pintada en Tulancingo, porque le había concedido muchos favores, desde entonces la imagen comenzó a recibir el culto de los vecinos católicos. (Al menos es lo que dice la tradición).

A principios del siglo XIX se construyó una capilla provista de paramentos, vasos sagrados, órgano, campanas y demás utensilios indispensables. El culto alcanzó tal esplendor que, al erigirse el obispado, el Ilustrísimo Señor Ormaechea, solicitó de la Santa Sede, que fuera declarada la venerable imagen Patrona Diocesana. Lograda esta prerrogativa, alentó tanto a la clerecía y feligresía para dedicarle un grandioso templo; el mismo prelado bendijo y colocó la primera piedra el día tres de mayo de 1878 de lo que es hoy la esplendida iglesia de La Virgen de Los Ángeles.

En honor a esta advocación se celebra ahora, una hermosa festividad muy colorida cuyo punto culminante es el día dos de agosto, momento en el cual nuestro Tulancingo nocturno se ve iluminado y sonorizado por una cantidad ingente de luces y sonidos propios de una gran fiesta dedicada a la co- Patrona de la tan sin par bella ciudad. La calle Libertad presenta paradójicamente en estos días un inusual agolpamiento humano compuesto de feligreses, curiosos y devotos que de alguna o de otra forma, rinden pleitesía a Nuestra Madre de los Ángeles.

Nos explica la licenciada Lira que antes la totalidad de productos vendidos en la feria eran de manufactura tulancinguense, pero ahora la alfarería viene principalmente del estado de Michoacán, por lo que habría que revisar los estímulos de la producción artesanal de Hidalgo.

En esta amena charla, la investigadora nos habló de los grandes personajes que vieron su primera luz en Tulancingo, citó por ejemplo, al astrónomo David Uribe, al compositor Aniceto Ortega, al político Manuel Fernando Soto, al internacional caricaturista Gabriel Vargas (el creador de la Familia Burrón), al literato inmejorable Ricardo Garibay, al más famoso luchador del mundo: el Santo y muchos otros distinguidos tulanciguenses prestigiosos que han puesto en alto a nuestra entidad.

La feria Tulancingo tiene ahora alcances extra religiosos, pues se dan en la ciudad al menos otros dos eventos de repercusión estatal, tal es el caso de la ExpoTulancingo, la cual se desarrolla en las afueras de la metrópoli.

Tulancingo cuenta entre su vaso patrimonio cultural con pinturas rupestres, vestigios prehispánicos de gran importancia, construcciones coloniales únicas en su historia, y edificios modernos de arquitectura civil o religiosa de incalculable valor patrimonial.

Ya hablamos de las personas que le dan el valor agregado a la segunda ciudad más importante del estado de Hidalgo.
Cuenta la licenciada Lorenia que el próximo dos de noviembre habrá cuentos de suspenso en una hacienda cercana en donde se contarán las famosas leyendas de “El Charro”, “El Nagual”, “La Llorona”, y “La casa de las Toronjas” entre otras, que revivirán con mucho, a la larga tradición mexicana sobre este género.

En fin, que la sorprendente Tulancingo ofrece esto y más, pues en un recorrido fructífero, se puede admirar aparte de la catedral, que de suyo ya tiene suficiente, el Museo de Datos Históricos, la Casa de los Emperadores, Los Chabacanos y otros sitios que son dignos de deleite y respeto.

Entre los platillos típicos e inventos de la región, destacan las bicicletas (pan redondo), el guajolote, (Torta de enchilada), y la tulancigueña, platillo típico de conocimiento nacional.
Tulancingo es una de las pocas ciudades que aún conservan ciertas tradiciones de antaño, como la que reza que los novios se citan en la plaza principal: el sin igual jardín de la Floresta. Lugar de todos los encuentros, pues los días jueves, competentes bandas musicales, interpretan sabrosos danzones que obligan a los muchos asistentes al jardín, desempolvar algunos pasos que nos hacen recordar necesariamente momentos importantes de antaño.

Las antiguas empresas de Tulancingo que admiraron a la nación, siguen produciendo aunque en menores cantidades sus maravillosos productos, privilegiando en su caso a los talleres artesanales.
De todos modos lo que se recauda de la feria sirve para las ampliaciones y mejoras de los anexos de la iglesia, en este caso son para la casa parroquial a la que no estoy muy seguro de apoyar, pues creo que difiere un poco de la intensión de Cristo de humildad, pobreza y amor absoluto. Pero por lo demás Tulancingo (después de Pachuca), es lo máximo que hay que visitar, de verdad).

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Pues no se si las mujeres de Tulancingo sean las mas hermosas de Hidalgo pero la realidad es que las ferias a las que he tenido oportunidad de ir, tienen mucha calidad, espero y sigan haciendo ese tpo de eventos que valen la pena (NANCY)

Anónimo dijo...

hola yo soy de Tulancingo y la verdad si es muy bonito y mujeres pues como en muchos lados hay de todo y lo qe si es qe hay muchas cosas que no se han aprovechado como se podria x ejemplo hoy fui a la famosa hacienda de Exquitlan y la verdad esta muuuy bonita pero hecha ruinas hay qe poner atencion en eso y si las ferias ahora cada vez son mejores =)

Anónimo dijo...

Toda mi vida he vivido en Tulancingo, pero e tenido la oportunidad de viajar a los Estados Unidos a un suburbio de N. Y. llamado Niscayuna y experimentar (por así decirlo) otras costumbres, e inclusive ir a la escuela como un estudiante ordinario, que realmente no hay mucha diferencia dentro de la educación entre ambas partes de niveles de educación (valga la redundancia), sin embrago hay algo que me intriga en ese país, que adoran mucho las artes, sobre todos contemporáneas, (por que realmente siento que no tienen nada más que otro recurso que explotar), había muchas requisa artesanal (por decirlo así) de pinturas y esculturas e inclusive me sorprendió ver una pequeña orquesta musical que la verdad me sorprendió al verlos escuchar, (en donde en Tulancigo contrabajos nos enseñan a tocar flauta y si acaso, a la mejor con suerte entres aun coro a cantar, o si bien te va te puedan enseñar unos cuantos acordes de guitarra guitarra sacar un palomaso en rondallas escolares pero de allí no pasas), hay que rescatar esa tradiciones y costumbres que tenemos en nuestro país y poder enseñárselas a nuestros hijos sobre todo en las escuelas para que no se pierda ese interés para ser lo que somos ni mucho menos adoptar otras costumbres y tradiciones de otros países,

Hay otras cosas que también me intrigan ese país con sus bibliotecas personalizadas, donde puedes entrar libremente sin que te molesten y laboratorios de cómputos donde puedes entrar sin temor a que te estén vigiando o algo por el estilo, y algunos otros talleres como carpinterías, cerrajerías, de casino u otras actividades que esas no me impresionaron en realidad porque realmente es lo que normalmente algunas cosas nos enseñan nuestros padres realmente, pero que que es lo que pienso que nos hace falta reforzar en nuestro País en general por que realmente es lo nos hace vivir, y que nos sintamos orgullosos de ser lo que somos en nuestro caso, ¡SER TULANCINGENSES!

tirot dijo...

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