12 de junio de 2012

LAS DAMÁLTICAS DE ACATLÁN


La indumentaria exterior de los dignatarios que celebran ceremonias religiosas, es muy importante por que al vestir las prendas y accesorios creados para ese fin, éstos le dan al celebrante, por un lado, la calidad de representante de la divinidad en la tierra, y por otro, le permite mostrar la jerarquía que goza dentro de la estructura de la Iglesia.
En casi todas las religiones de las diferentes culturas del mundo, el oficiante se viste con un atavío especial que incluso podríamos considerar sagrado, cuando celebra sus ceremonias.
Dentro del mundo católico existen muchas prendas que completan este proceso de transformación, como en el caso de las albas que portan algunos ministros de culto.
No obstante, destacamos ahora una prenda maravillosa y muy antigua, conocida como dalmática, la cual se empezó a utilizar en Roma desde el siglo IV, de ahí extendió su popularidad a otros países y finalmente llegó a América.
Se trata de una vestidura litúrgica y festiva que se usa por los obispos o diáconos en misas solemnes, en procesiones, o en otras fiestas que determina la Iglesia.
Es una túnica abierta por ambos lados que en ocasiones se sujetaba con un cinto o galón, éste junto al collarín fueron dos accesorios que después se perdieron en las dalmáticas. Al principio eran blancas pero poco a poco los artistas y diseñadores textiles comenzaron a confeccionar verdaderas obras de arte a las que le agregaron motivos decorativos como borlas y dibujos muy complicados hechos en hilo de oro o de algún otro metal precioso o muy llamativo.  

Las telas también han cambiado pues del lino original, se pasó a la seda o lana. En algunos casos, las aberturas laterales también llegaban a las mangas con la única finalidad que fuera una prenda más cómoda que incluso se podía vestir sobre una casulla. Sin embargo, no siempre tuvieron esa amplitud, en Italia en el siglo XIV la dalmática tenía una medida fija que era de 120 centímetros, que luego bajó a 100 y luego a 90 centímetros.
Al igual que las casullas, las dalmáticas se usan dependiendo de su color, específicamente la roja, morada o blanca, se emplean en las celebraciones del calendario católico, como Semana Santa, Cuaresma y Navidad.
El Centro INAH Hidalgo se complace en presentar estas prendas de gran trabajo y belleza que se encuentran dentro del acervo del ex convento de San Miguel de Acatlán, Hidalgo y que por primera vez son exhibidas fuera de su recinto.

En ellas vemos una combinación de colores y de hermosos diseños geométricos. En la primera tenemos que sobresale el púrpura sobre amarillo. El sabor del tiempo ha hecho que algunos colores adquieran matices muy interesantes. Tiene figuras geométricas elegantemente trazadas. En la parte inferior destaca un escudo agustino, es decir un corazón atravesado por tres flechas que representan el amor a Dios, el amor a uno mismo y el amor al prójimo, encima se aprecia un sombrero agustino verde con borlas que es otro símbolo de esa orden mendicante, tiene remates de una flor parecida a la de Lis. La parte trasera de la dalmática es similar a la delantera.

La otra dalmática ostenta en la parte superior un blanco grabado, encima de ellos se ven tres figuras de color rojo; en la parte inferior se aprecia una bella figura de San Pedro con su característica llave. Se distinguen muchos motivos geométricos y florales. Esta singular pieza tiene en el reverso una figura distinta al anverso, se trata de una muy hermosa Santa Teresa que porta en la mano izquierda un crucifijo. Las tonalidades amarillas y verdes le dan un encanto especial.
Probablemente estas dalmáticas corresponden en temporalidad a finales del siglo XVIII o principios del XIX.
La exposición está abierta hasta el 23 de julio de martes a domingo de 10:00 a 18:00 horas. La entrada es libre.