Ahora que vi que un estado,
post o entrada mía en Facebook, [le dicen a ésta asombrosa página despectivamente:
FB, a lo mejor por economía de lenguaje, (en mi época le llamaban pereza), o
por modismo], no tuvo ningún “Me gusta”, me di cuenta de la imperiosa necesidad
que han generado en nosotros los creadores y desarrolladores de la tal red
social. No es del todo malo esa condición, pues de alguna manera, la intención
de FB, es forzar a los suscriptores que publiquen cada vez más, contenidos de
calidad, interés, o de mucha imaginación. Creo, que ese es el gran aporte de la
mentada red.
He visto ideas,
pensamientos, sentires, composiciones, y fotomontajes de mucha creatividad e
inesperada sorpresa, -aunque parezca redundante-. Hay incluso suscriptores que
enseñan modales u ortografía o sugieren lecturas o forman opinión y criterio, que
ya es decir y de mucho agradecer.
Sin embargo, la parte
negativa de FB, es la esclavizante estadística de saber cuántos “like it” tienen
nuestras opiniones o estados de ánimo. Reconozco que a través de este medio, he
encontrado las mejores fotos de los Beatles que jamás imaginé, (yo que me las
daba de ser el coleccionista más completo en ese renglón). Comentarios,
pensamientos y hasta chistes súper creativos y divertidos, pero también he
encontrado las cosas más estúpidas como: “Ya llegué a la oficina” o “Me
dispongo a cenar”. Mi mente tan racional y crítica no admite, a veces, esas
tendencias o modas, me parecen un insulto a la inteligencia natural del ser
humano. También conjeturo y acepto, que FB como creación comercial, debe y
tiene que volverse adictivo, -es su objetivo-, como en su momento lo fue
Messanger. Me da mucha tristeza ver cuantos jóvenes y niños, no pueden vivir
sin su teléfono y a cada segundo lo consultan. Ya olvidaron la parte
verdaderamente social que es convivir con personas reales y no, virtuales.
Soy de los que creen, -porque
no soy el único, o bueno, a lo mejor sí, porque no conozco a otro que piense
como yo-, que esos medios, incluido el mensajero de texto del celular, imponen
una moda, es decir, que ahora se debe comunicar más con menos palabras, incluso
con menos letras como el ejemplo de: “K moxa soi :)”
El lenguaje tan bello se ve
ahora enriquecido con símbolos y emoticones. No soy un purista porque a mí me encanta
hablar con el lenguaje más florido y lépero que existe, pero no me atrevo a
mancillar el diccionario, por muy adaptado que esté yo, -a fuerzas-, a la
modernidad. El español es tan rico y tan vasto que a veces creo, pretendemos,
desafortunadamente, reducirlo al simplismo del idioma inglés, que no le llega
ni a la mitad de la belleza ni esplendor de nuestra lengua. Soy antiguo, -viejo,
digamos la verdad-. También lo acepto.
Soy antiguo y también soy de
la opinión firme de que debemos aprovechar los avances que la tecnología nos
obsequia y si tenemos ahora correo electrónico, pues no debemos enfrascarnos en
el telegrama, por citar un ejemplo. No obstante, pienso que el FB, -digo ese
medio porque tengo dos cuentas en él, Twiter y otras las desconozco-, debería quitar ese
motivante, pero a veces humillante: “Me gusta” porque si no todos tenemos
talento para gustar a los demás, no por eso dejamos de ser personas con
cualidades.
Creo que sin eso, dejaríamos
de ser como una amiga que conozco que a todo le da: “Me gusta”, probablemente
por su poca capacidad crítica, o lo que es más posible, porque quiere que a sus
comentarios o publicaciones, todos sus amigos respondan con otro “Me gusta”,
aunque sea inconscientemente o por pura reciprocidad o agradecimiento. Eso
refleja la necesidad que tenemos de aceptación y hasta admiración social. No es
pernicioso, simplemente es un perfil del ser humano. No es bueno ni es malo,
simplemente, es. Pero opino, que se pierde el rigor del criticismo, el que
debiera ser una característica que distingue al ser humano de los otros
organismos vivos.
Eso pienso yo, muy
seguramente todos los chavos y gente con ideas modernas, piensan diferente a mí
y eso es lo bonito, la pluralidad de ideas. Y bueno, finalmente, si yo no
creyera en FB, esto no lo hubiera publicado también en este medio tan popular
que absorbe tanto. Pero creo más en las personas en vivo, en la sonrisa real y
no de fotografía, en la plática en vivo, y no en el chat, -que además me parece
una palabra muy fea por su pronunciación-, a diferencia de la palabra,
conversar..
(¡No manches, esta reflexión
fue sólo porque no le dieron a mi estado publicado en FB, un pinche y maldito ”Me
gusta”, vale ma…!)
(Soy víctima de un
millonario, yo que soy socialista; me enteré pues vi la película del creador de
FB, mientras viajaba en un camión de ADO, ¿¿o sea ves??).
Al final le di a mi
comentario, un: “Me gusta”, ¡jé, jé, jé!
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