OTRA BRUJA QUE NO TERMINÓ, EN LA HOGUERA DE MI INDESEADA PASIÓN...

Ayer hice un inventario de todos mis tropiezos, busqué en mis bolsillos rotos alguna esperanza para comer mientras auditaba, pero ya no me quedaba ninguna. El saldo fue que encontré más lleno el frasco de las derrotas que el de los aciertos. Ya no había donde esconder un fracaso más, y sin embargo lo registré en el libro de los desencantos. Se trataba de un expediente relacionado con una bruja de hermosas alas blancas que fue juzgada y absuelta por los jueces de la verdad y del tiempo. Yo, el verdugo, no pude cumplir la fallida sentencia de muerte y dar un final felíz con ello, al dolor que provoca tanto amor desentendido.

Que difícil fue verla y dejarla escapar y aunque la bruja no probó su inocencia del todo, la Inquisición le permitió salvarse, le dijo: “Ángel Caído, vete no hay pruebas contundentes en tu contra, a no ser por esa sonrisa que seduce, tú, eres perfecta”. Que terrible fue no condenarla al cadalso de mi locura, y cortar su singular cabeza tan bella, con toda la furia de mi intransigencia enferma. Mi necesitada hacha quedó limpia de su desconocida sangre venenosa; la bruja seguirá causando daño a muchos incautos. El bendito castigo no se le quiso enfrentar, también él tuvo miedo. El tribunal la perdonó, pero desde luego que no lo merecía, venció con su cara de niña y su cuerpo de mujer, a los magistrados tan humanos que se apoyan en leyes tan pervertidas.

Eso es trampa, la bruja de apariencia bella usó su poderosa magia, y no puedo dejar de pensar en eso. La diosa del mal es espléndida como la incongruencia de amar a un desigual; es majestuosa como el último escondite de un moribundo. De verdad debió arder en leña y sin miramientos. Bruja salvada, bruja absuelta, bruja buena, bruja perdonada, bruja bendita, bruja de la vara hechicera de la cordura, te maldigo y te odio.

Todo es maldición en ella, su andar, su voz, su temeridad ante la muerte, sus gestos provocadores y pecaminosos que hacen desfilar piadosamente a las cucarachas y a los imbatibles. Es la reina de la maldad, la zozobra de la gente buena y también de la mala. Ahora todo es inseguridad y pequeñez a su lado, debió quemarse en el fuego, pero Dios la ayudó, le dio un buen abogado llamado Licenciado Sensatez y se libró, yo no sé porqué, ¡Injusticia!

Bruja, eres libre, pero solo para ti, porque para mi, sigues siendo presa de mi asilado y ya demente corazón. Bruja no conquistada, bruja mala, bruja maldita, bruja persuasiva, bruja con ollas de pócimas de locura, te bendigo y te amo.