De pronto, vi imágenes, relaciones coherentes y procesé diferentes sensaciones. De pronto me di cuenta que estaba soñando, era sólo un sueño más, de esos cercanos al amanecer. De pronto reflexioné sobre lo soñado, analicé y evalué consecuencias de destinos alternos.
De pronto tomé conciencia de que estaba una vez más vivo, y me acordé de agradecerle infinitamente a Dios por esta nueva oportunidad, pues lo había prometido anoche antes de dormirme.
De pronto me dieron ganas de cantar y de sonreírle al nuevo día y en efecto, disfruté como pocas veces mis canciones que he escuchado por años.
De pronto, durante el día, dos chicas distintas me sonrieron de una forma que hace saltar al corazón de alegría.
Entendí que despertar significa renacer y de pronto, confronté a los ciclos: confronté a la nada con la conciencia, comprendí que la nada lleva ventaja, pues encierra a la muerte, al silencio, al fin del tiempo, al fin de la distancia, al ya no despertar nunca, que hasta parece un broma de mal gusto; pero la conciencia por entender y descifrar este punto, me parece que ganó esta desigual lucha; porque el amor que siento por Dios, por la humanidad y por la naturaleza, en realidad puede sentirse, puede verse, gozarse y en ese sentido, la nada no existe, es una noche sin duración que no merece mayores adjetivos, pues después de ella viene otro sueño, un nuevo amanecer y la dulzura de ver amigos, de admirar la belleza que nunca podré tener en mis manos, pero sí en mi espíritu por haberla visto y conocido. Y de pronto, después de este nuevo ciclo, no quedará otra que agradecerle infinitamente a Dios por esa nueva oportunidad, pues lo prometeré en la noche antes de dormirme.
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1 comentario:
esthela fonseca te ha enviado un vínculo a un blog:
me parecen muy profundos tus pensamientos, nunca pense que fueras una pesona tan sensible y romantica, te felicito por ser asi
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