La liberación de ciclos a veces nos causa una profunda tristeza. Lo digo porque aunque me faltaba un año como representante nacional ante la Comisión de Capacitación y Becas, me pareció que mi estadía en esa actividad, había terminado.
La comida de clausura |
Me voy muy satisfecho porque logramos coordinar diez cursos en ese lapso, en 2009, la rama a la que representé, fue la única que logró un curso extraordinario de siete que somos, y en 2010, obtuvimos record de inscritos para participar en un curso: 43 compañeros, casi lo de tres cursos, además de que desarrollamos un curso sobre Legislación Patrimonial en la Escuela Nacional de Conservación, Restauración y Museografía del INAH, que tuvo cuatro conferencistas externos, algo inédito en la historia de este tipo de cursos. Nunca repetimos sede y cubrimos las regiones norte, sur y central de nuestra geografía mexicana. También fuimos el único grupo que ofreció cursos virtuales con el consabido alcance que esto representa. Los cursos de Grupo VII tuvieron la particularidad de que sus manueles no fueron en papel, sino en version digitalizada, es decir un disco compacto, con ello le salvamos la vida al menos a un àrbol. Por otra parte los casos presentados para horarios especiales, apoyos económicos, becas o liberación de tiempo para tesis, tuvieron un dictamen favorable en el 100% de ellos. Incluso tramitè dos becas para dos compañeros que no son de mi grupo.
El plus de todo esto fueron los lazos fraternos que obtuvimos de más de ciento cincuenta compañeros con los que trabajamos en este compromiso. Fue una experiencia real, única y muy provechosa, por lo que agradezco infinitamente a todos los que me dieron su confianza para lograr los fines que perseguíamos.
Del ocho al doce de noviembre coordinamos y administramos el último curso de esta gestión. Se llamó Inducción al Puesto de Profesionista en Gestión del Patrimonio Cultural, impartido en el Museo Nacional de las Culturas.
Desde lo más profundo de mi corazón expreso un agradecimiento muy sincero a todos los que me acompañaron en esta responsabilidad. Gracias también a mis compañeros de la comisión, a las autoridades e instructores que contribuyeron a éste éxito si bien interrumpido por una decisión personal.
Lupita, las más leal compañera que nos acompañó siempre |
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