Ahora que entramos al mes del amor y amistad de 2013, (¡pfff!), creo
oportuno comentar unas palabras sobre esta canción que me gusta y me mueve mucho.
Había un restaurante en Pachuca que no cerraba toda la noche, -era raro pues en provincia todo se cierra temprano-, se llamaba Mario´s. (Había otra cenaduría que también vendía cerveza, estaba junto al cine Alameda, pero ese cerraba a las dos de la mañana), al Mario´s, íbamos todos los noctámbulos y bebedores. Los anormales salíamos de ahí, ya con plenos rayos de sol, -nosotros, los llamados en ese tiempo, bohemios o enamorados-. El restaurante estaba en la calle de Matamoros en pleno centro de la ciudad. Cuando se nos acababa el alcohol del día, íbamos a ese lugar, no para comer, sino para seguir tomando. La cerveza estaba terriblemente helada. -y más a esas horas de la madrugada-. Ahí fui muchas veces con Lorena, una niña inimaginable, llena de alegría y positivismo. Una gran persona, a quien yo, como siempre, nunca supe valorar. -También me acompañó, no pocas veces, Berta, una gran mujer a quien admiro muchísimo, de verdad. Creo que tiene un corazón más grande que el de todos nosotros-.
Recuerdo la vez que una mesera indígena nos llevó los
tacos que pedimos, la mesera era hermosa, pero lo que más me conmovió de ella, fueron sus
manos, eran muy morenas y terriblemente cuarteadas por el trabajo, al verlas, se me antojó darles
un beso lleno de respeto y admiración, pero Lorena malinterpretó el hecho y
furiosa por los celos, arrojó los tacos hacía la pared. La mesera muy apenada y
con miedo se puso a limpiar. De verdad yo lo hice por el hechizo de una gran persona,
por la admiración a una gran trabajadora, ese fue mi pobre y maldito homenaje a la
mujer que sufre por superarse.
En ese lugar había una rocola, que no tenía muchas buenas
canciones. Pero alojaba al menos, dos temas muy bonitos, uno de ellos era el
que me dedicaba Lorena, siempre, lo ponía para mí, se llamaba “Simplemente
amigos”, de Ana Gabriel, yo odiaba la música pop en español pero aprendí a amar
esa canción, después de tantas reflexiones que hice, Lorena me enseñó ese tema.
La rocola también tenía otra canción esplendorosa que a mí me gustaba porque mi
mamá compró el disco sencillo y lo ponía a todas horas; yo con ese tema me remontaba
irremediablemente a mi abuelo Federico, se llamaba: “Hey”, de Julio Iglesias, La letra
es hermosa, cierta y poética, yo la ponía y escuchaba en ese bar pensando que la letra
era dedicada por Federico a un gran amor que tuvo él. Siempre pedíamos cambio,
es decir monedas para poner nuestras canciones, (Lorena su tema, y yo el mío), en ese aparato musical. Casi nunca salíamos de ese esquema repetitivo, ya era hábito. Creo que
costaba uno o dos pesos cada pieza. Era caro para ese entonces.
(La apostilla es la siguiente: en los pastes que vendían en el portal Constitución -frente al mercado Primero de Mayo, no me acuerdo como se llamaba el negocio-, el tema "Show me the way de Peter Frampton, se escuchaba pulsando G7, en la rocola que tenían ahí, mientras la gente esperaba su camión para ir a sus respectivas colonias, esto, allá por finales de los años 70).
La canción de “Hey” me gustó tanto que luego cuando Érica me prestó su casa para estar algunos ratos ahí, yo escuchaba mucha música, -solo-, luego compré un casete que traía esa canción, aunque no era la versión oficial. La ponía una y otra vez.
Sin embargo, ahora, a través del tiempo y después de todo lo que me ha pasado, creo que esa letra me queda a mí. Yo que fui tan burda y cruelmente engañado, y sobre todo, lastimado, bueno, debo confesar que, me enamoré, y el amor es una apuesta, a veces se gana y a veces se pierde, pero para mí, siempre ha sido lo segundo, aun así, no dejo de luchar por el amor ni por mis sueños, aunque todos se opongan.
(La apostilla es la siguiente: en los pastes que vendían en el portal Constitución -frente al mercado Primero de Mayo, no me acuerdo como se llamaba el negocio-, el tema "Show me the way de Peter Frampton, se escuchaba pulsando G7, en la rocola que tenían ahí, mientras la gente esperaba su camión para ir a sus respectivas colonias, esto, allá por finales de los años 70).
La canción de “Hey” me gustó tanto que luego cuando Érica me prestó su casa para estar algunos ratos ahí, yo escuchaba mucha música, -solo-, luego compré un casete que traía esa canción, aunque no era la versión oficial. La ponía una y otra vez.
Sin embargo, ahora, a través del tiempo y después de todo lo que me ha pasado, creo que esa letra me queda a mí. Yo que fui tan burda y cruelmente engañado, y sobre todo, lastimado, bueno, debo confesar que, me enamoré, y el amor es una apuesta, a veces se gana y a veces se pierde, pero para mí, siempre ha sido lo segundo, aun así, no dejo de luchar por el amor ni por mis sueños, aunque todos se opongan.
La canción también es filosófica y al menos tiene dos
frases maravillosas, una es: “Es mejor querer así, que ser querido y no poder sentir lo que siento
por ti” y la otra que a mí me encanta es
“Siempre es más feliz quien más amó, y ese siempre fui yo”. Ahora, después de
tantos años, y de tanta experiencia, la canción me parece grandiosa. Creo que la letra vale para otra
niña, esa, la mentirosa. Es un gran tema. Y como siempre, sólo se
valoran las cosas después de que pasan, la prueba de tiempo.
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