6 de enero de 2012
LOS REYES MAGOS
Como sucede prácticamente en casi todas las construcciones religiosas, particularmente las cristianas, debemos distinguir entre los principios de fe o dogmas y la razón; en ese sentido tenemos las fechas litúrgicas que nunca corresponden a las fechas históricas. Para dirimir estas controversias están los Doctores y los Padres de la Iglesia quienes son los que han dejado los fundamentos de la Iglesia Católica, o los Concilios mismos, que son asambleas a veces universales donde se delibera, o determina sobre algunas materias del orden doctrinal.
Una fiesta que ha trascendido con gran éxito, sobre todo en los países latinos, es la visita de los llamados Reyes Magos de Oriente que le hicieron al Niño Jesús el día de la Epifanía. Pudo ser trece días después de la natividad y hay quien dice que fueron dos años después de ese suceso.
Aunque los documentos autorizados al respecto, no señalan ni los nombres ni la cantidad de estos importantes personajes de estirpe real, ni tampoco dan a entender que tuvieran magia como tal, la tradición recoge que eran tres hombres quienes guiados por la estrella de Belén, llegaron al pesebre donde Jesús nació y a quien le rindieron pleitesía y colmaron de todos los honores dada su calidad de Dios, Rey y Hombre. Se cree en general, que eran persas y que venían específicamente de Tarsis, Arabia y Saba. Solo el evangelista Mateo refiere la existencia de estos sabios y dice que visitaron al Niño Jesús «en tiempos del rey Herodes» (Mateo 2, 1).
Hasta aquí la leyenda y las fuentes documentales. Por su parte el arte se encargó de matizar algunos detalles de los Reyes Magos. Existen obras exquisitas y esplendorosas de grandes pinceles universales como Pedro Pablo Rubens, Diego Velázquez, o la del pintor flamenco El Bosco, pinturas que son conocidas de manera genérica como Adoraciones. Se dice que en la historia del arte, la Virgen no siempre ocupó la parte central de la pintura, y que el más joven de los Reyes, Baltazar, originalmente era blanco y que los Reyes Magos se llevan entre sí, 20 años de diferencia, siendo el más joven al momento de la Adoración, Baltazar. Es muy común ver en este tipo de obras a un rey que hace un movimiento conocido como genuflexión, es decir una reverencia con una rodilla tocando el piso. Los reyes representan las tres edades del hombre, las tres razas y continentes conocidos hasta entonces.
Lo cierto es que los niños mexicanos han tenido alguna vez ese asombro y fascinación por esos personajes generosos y que desde el cielo vigilan que los chicos se porten bien. Claro que con la consabida desigualdad social y económica no es lo mismo para todos. Además de que la publicidad y mercadotecnia han hecho de esta fiesta religiosa (como de todas las demás), un momento para la vanidad y diversión, en lugar de un momento de agradecimiento, reflexión y ¿por qué no? de ayuda a quien no tiene mucho. Será que yo me porté muy mal pero a mi me trajeron muy poquitos regalos, entre ellos recuerdo un carro de plástico que yo quería mucho. Aun así es ciertamente mágico, ver a esa edad un desfile de Reyes y elaborar cartas y cartas a los Magos de Oriente con esa ingenuidad e inocencia que, lamentablemente, a veces se llega a perder del todo.
Para mayores referencias, consultar:
http://ec.aciprensa.com/m/magos.htm
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