La palabra “amistad” deriva de
vocablo “amor”. Y es que, es verdad, el sentimiento afectivo es una de las
múltiples formas de expresar amor. El amor es el sentimiento supremo, es el éxtasis,
es lo más bello que Dios obsequió a la creación, de hecho se dice que fue por
amor que Dios creó al hombre y a la naturaleza.
El amor, ese gran amigo loco y
santo y sus múltiples variantes: filial, familiar, objetual y de muchas otras
formas que a veces resultan complejas y contradictorias. Amor es lo más bello
que cualquier ser vivo consciente, -no una bacteria o un virus-, puede
experimentar. Amor es la respuesta. Es una flor que se debe dejar crecer.
Regresando al tema, muy
probablemente la amistad es la emoción o impulso psicofísico más común entre
los seres humanos y se da en diferentes grados y formas. Acaso, nace por las
similitudes o simpatías que puede tener un hombre o mujer con sus semejantes. O,
acaso nace por la mera necesidad de querer y sentirse querido y acompañado en
este viaje que es el proyecto más importante que tenemos, es decir, nuestra
propia vida.
Con el privilegio de la
amistad se identifica uno mismo en la otredad, en el otro, que aunque nunca
será igual a uno, se proyecta la imagen propia casi como en un espejo mágico. Se
busca aceptación y se ofrece lo mismo. En la amistad se intercambian gustos e
ideas y en ella encuentra uno mismo su propio conocimiento, es un dar y recibir
regalos de ideas y experiencias. Tener amigos, -que no conocidos, compañeros o
vecinos-, es una fortuna. Es un morir sabiendo que no estás solo en este
destino u obra musical que la divinidad compuso en su gran sinfonía bella como
un remate para su apoteósico final.
A veces se estima a algunos animales
como perros o gatos, y se cree que son amigos o hasta familia. En realidad sólo
son compañía que responde a estímulos. Claro que aman a sus dueños y sienten,
son seres vivos. Pero un amigo es un igual, que sufre, goza, llora y ríe porque es racional y consciente de lo temporal
y breves que somos. A veces el mejor amigo es la propia pareja sentimental o romántica,
que en teoría debería ser así.
Un verdadero amigo es el que
expresa su envidia, su coraje por lo que somos y -a veces-, su gusto por lo que logramos, pero casi
siempre, manifiesta su solidaridad por lo que sufrimos. La amistad nos une, nos
identifica, nos hace lograr pequeños o enormes proyectos, a veces positivos como la creación de pueblos o naciones y otros
no tanto, como las guerras.
Hay quien cree tener muchos
amigos y hay quien piensa que no tiene ninguno. En realidad la palabra “amigo”,
debería emplearse para casos muy especiales y no vulgarizar el término.
Recuerdo mucho una ocasión que Ricardo Fernández, - a quien conozco desde hace
más de cuarenta años, y a quien quiero y le debo muchísimo-, que una vez,
caminando en la calle, alguien desde un carro lo saludó, yo intrigado y celoso
le pregunté: ”¿Quién es?” Y respondió lacónico, “Es un amigo”. ¡Puta! Si fuera
un extraño, no creo que lo hubiese saludado!
Por cierto que en este
sentido, yo no puedo presumir de tener muchos amigos. Ricardo es uno de esos
pocos seres extraños que siempre hemos coincidido y existe entre nosotros un
cariño fraternal, aunque pasen meses y meses que nos vemos. Hay una empatía por
el sufrimiento y la edad. Éramos niños jugando a ser grandes y ahora que lo
somos, jugamos a ser niños.
A un amigo se le enseña, pero
también se le aprende muchísimo. Los seres humanos estamos fabricados para
asimilar la información del mundo, pero también para rebotarla. Y qué mejor manera
que sea a un amigo. Un amigo de verdad.
Cuidar y cultivar una amistad
no es fácil, a veces las alegrías o las tragedias te unen a perfectos
desconocidos, -como en la cárcel o en un hospital-, pero a veces, de esos
momentos difíciles nace una bella flor que no debe ser manchada con ningún
pensamiento negativo. Yo, al final, todo lo he logrado con una pequeña ayuda de
mis amigos.
Los amigos de verdad, al final de juego no dicen: "¡Devuelveme las canicas que me ganaste!".
Los amigos de verdad, al final de juego no dicen: "¡Devuelveme las canicas que me ganaste!".
No hay comentarios.:
Publicar un comentario