14 de septiembre de 2016

SOBRE MATRIMONIOS IGUALITARIOS Y ADOPCIONES



Debemos tener cuidado con ese concepto arbitrario de la familia tradicional. Ataco, -porque yo sí he estudiado a fondo, a la institución llamada Iglesia y critico con toda la razón que me asiste-, a todas las religiones importantes del mundo. No se puede matar en nombre de Dios. La religión encaminada al amor y auxilio al prójimo es positiva para la humanidad y supervivencia, incluso para la fe en Dios mismo. Soy un seducido de la caridad cristiana o hippie, a la que le dicen por economía o por vulgaridad, amor. No soy cristiano (es decir protestante). Mi familia es católica y es mi raíz. En realidad creo en Dios, así nomás. 

Apoyo plenamente a los matrimonios igualitarios y defiendo en lo absoluto, todos sus derechos. Soy un liberal de cepa. Una familia se puede componer incluso de puros amigos, de vecinos o de personas solas con mascotas. Es el destino de cada quien simplemente.  

Pero si se usa ese concepto tan sagrado para matar masivamente y tener odio a ideologías diferentes, eso no es Dios. Son las iglesias y sus interpretaciones, las diferentes doctrinas. No soy tan pesimista como para ser ateo, creo en los karmas, en el equilibrio y no creo que el hombre en su soberbia, pudiera conocer todo. Estamos tan limitados. Ciegos absolutos ante la filosofía. Ante la existencia o lo que creemos que es existencia. Pero hay un algo que escapa de nuestro raciocinio y emociones, a eso le llamo Dios y le agradezco con toda mi alma, no las cosas que me ha dado o quitado, sino las experiencias, buenas y malas, según se entienda o se sienta. (No objetos o personas, sino momentos vividos a través de ellas). 

Yo amo y agradezco a Dios todo lo que me ha compartido y enseñado. Aunque no me guste del todo. Pero no creo en las interpretaciones religiosas ni en los inventos de los tratadistas o sacerdotes que embaucan a los débiles mentales, emocionales y cobardes. No creo en el Diablo, pero a veces creo que existe, si no, ¿por qué tanta deshumanización en los delincuentes que realizan su ilícitos de manera tan dolorosa que todos conocemos? Creo y apoyo a la igualdad, pero bien aplicada. En lo único que no creo y desapruebo en su totalidad, es en la adopción de niños en los matrimonios gay. Las leyes pueden ser interpretadas a favor de esas prerrogativas, pero yo estoy del lado de los niños que no pidieron eso. Aunque tengan amor, educación y mucho dinero, hay niños que no quisieran ser escarnio público ni motivo de bullyng. Ante el derecho de las parejas del mismo sexo, que no dudo que puedan ser mejores que las heterosexuales o tradicionales, antepongo el derecho de los niños que a lo mejor no deseaban ser adoptados por ese tipo de parejas, pero que lo tienen que afrontar por ser abandonados por sus padres naturales. A ellos no les preguntaron, pero también tienen derechos. Querer tener hijos y educarlos con valores y más, es muy valioso, pero también me parece una posición bastante egoísta. No me gusta animalizar por que naturalmente la diferencia es la razón, pero a un perro se le corta el pelo al gusto del dueño. La pregunta sería: ¿Al perro le da igual? Estoy seguro que sí, pero los niños adoptados no son un perro y tienen derechos humanos. Y no creo en el egoísmo planteado como un derecho.



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