Debemos tener cuidado con ese
concepto arbitrario de la familia tradicional. Ataco, -porque yo sí he
estudiado a fondo, a la institución llamada Iglesia y critico con toda la razón
que me asiste-, a todas las religiones importantes del mundo. No se puede matar
en nombre de Dios. La religión encaminada al amor y auxilio al prójimo es
positiva para la humanidad y supervivencia, incluso para la fe en Dios mismo.
Soy un seducido de la caridad cristiana o hippie, a la que le dicen por
economía o por vulgaridad, amor. No soy cristiano (es decir protestante). Mi
familia es católica y es mi raíz. En realidad creo en Dios, así nomás.
Apoyo plenamente a los
matrimonios igualitarios y defiendo en lo absoluto, todos sus derechos. Soy un
liberal de cepa. Una familia se puede componer incluso de puros amigos, de
vecinos o de personas solas con mascotas. Es el destino de cada quien simplemente.
Pero si se
usa ese concepto tan sagrado para matar masivamente y tener odio a ideologías
diferentes, eso no es Dios. Son las iglesias y sus interpretaciones, las
diferentes doctrinas. No soy tan pesimista como para ser ateo, creo en los
karmas, en el equilibrio y no creo que el hombre en su soberbia, pudiera
conocer todo. Estamos tan limitados. Ciegos absolutos ante la filosofía. Ante
la existencia o lo que creemos que es existencia. Pero hay un algo que escapa
de nuestro raciocinio y emociones, a eso le llamo Dios y le agradezco con toda
mi alma, no las cosas que me ha dado o quitado, sino las experiencias, buenas y
malas, según se entienda o se sienta. (No objetos o personas, sino momentos
vividos a través de ellas).
Yo amo y agradezco a Dios todo lo que me ha
compartido y enseñado. Aunque no me guste del todo. Pero no creo en las
interpretaciones religiosas ni en los inventos de los tratadistas o sacerdotes
que embaucan a los débiles mentales, emocionales y cobardes. No creo en el
Diablo, pero a veces creo que existe, si no, ¿por qué tanta deshumanización en
los delincuentes que realizan su ilícitos de manera tan dolorosa que todos
conocemos? Creo y apoyo a la igualdad, pero bien aplicada. En lo único que no
creo y desapruebo en su totalidad, es en la adopción de niños en los
matrimonios gay. Las leyes pueden ser interpretadas a favor de esas
prerrogativas, pero yo estoy del lado de los niños que no pidieron eso. Aunque
tengan amor, educación y mucho dinero, hay niños que no quisieran ser escarnio
público ni motivo de bullyng. Ante el derecho de las parejas del mismo sexo,
que no dudo que puedan ser mejores que las heterosexuales o tradicionales,
antepongo el derecho de los niños que a lo mejor no deseaban ser adoptados por
ese tipo de parejas, pero que lo tienen que afrontar por ser abandonados por
sus padres naturales. A ellos no les preguntaron, pero también tienen derechos.
Querer tener hijos y educarlos con valores y más, es muy valioso, pero también
me parece una posición bastante egoísta. No me gusta animalizar por que
naturalmente la diferencia es la razón, pero a un perro se le corta el pelo al
gusto del dueño. La pregunta sería: ¿Al perro le da igual? Estoy seguro que sí,
pero los niños adoptados no son un perro y tienen derechos humanos. Y no creo
en el egoísmo planteado como un derecho.
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