Como todo el pueblo lo hace, hoy salí de nuevo, antes del
amanecer, gustoso, rumbo al bosque. Nosotros somos cazadores de corazones,
vigilias del amor. En la mañana nos juntamos muchos y vamos con nuestro arco y
flechas a atrapar corazones de mujer. Yo me levanto antes que nadie y me
adelanto, pero no cazo a ninguno. A veces, y por estrategia voy más tarde pero
tampoco tengo suerte. Siempre regreso a mi choza todas las tardes con mis
flechas sin sangre. Eso sí, encuentro en el camino de regreso corazones muertos
o agonizantes de otras flechas que no son las mías. Aun así los levanto y los
llevo conmigo.
Claro que lanzo dardos, pero al infinito, porque si no se
oxidaría mi arco. Podría dedicarme mejor a componer corazones lastimados o a
enterrador, pero en nuestro pueblo no hacemos eso. Confieso que tengo el
cadáver de tres corazones muertos (no por mí), muy escondidos en lugar
reservado que no puedo decir, pero nadie lo sabe, me dejarían de hablar los
otros cazadores si lo supieran, creo que hasta me expulsarían del pueblo si se
enteraran, y yo quiero seguir viviendo entre ilusionados, me gusta escuchar las
aventuras que cuentan, porque todas las noches nos reunimos alrededor de una
fogata a platicar sobre la odisea del día. Me gusta mucho oír todo eso porque imagino
que mi flecha tiene sangre real, y no de la que le unto de corazones moribundos
o muertos y abandonados en el bosque, para presumir que cacé a alguno.
Curiosamente tengo preparada una flecha para un corazón especial, pero nunca la
he usado.
Ya muy envejecido, creo que la mañana o noche afortunada
que encuentre a ese corazón especial, ya no tendré fuerza para disparar contra
él. En tanto, como todos los cazadores del pueblo, salgo muy temprano a buscar
el mío. A lo mejor es inercia, pero prefiero salir a usar mi flecha especial
con la que atraparé a uno de esos esquivos y difíciles corazones, que usarla
para asesinar a mis pobres sueños dementes.
2 comentarios:
Me gusta mucho esta obra literaria que esta escrita para todo tipo de publico para mi que soy una persona con mente soñadora me llevo a imaguinar a ese cazador de corazones con su mirada y corazon triste al no haber cazado nado y llegar con sus compañeros de la aldea y quizas un poco mas contento platicar con todos ellos se me antojo mas como un cuento pero me encanto. Gracias lindo personaje por escribir y compartir estos relatos con todos nosotros
En vez de una raya más al tigre, aplica una cana más por cada uno de esos corazones que te gusta cazar, ni modo, de algún modo tenía que reflejarse y han de ser muchos aquellos corazones que cayeron entre tus manos.
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